Devociones Marianas

Jorge Dávila Vázquez

Rincón de Cultura

Hablo del culto a la Virgen María en Cuenca del Ecuador, y vienen, en tropel, los recuerdos de sus celebraciones, particularmente, en el mes de mayo.

Amaba, cuando niño, las canciones dedicadas a la Madre de Dios, cantadas a dúo por mi madre, Ana María Vázquez y la doctora Libia Cueva de Medina, en la iglesia de San Blas, en especial esa gloria de la música religiosa marial que es LUMBRE DE MAYO, bella letra del seminarista Eloy Abad y música del Maestro José María Rodríguez, compuesta en la Casa de la Lira, en 1917. Vale la pena conocer todo el poema: Lumbre de mayo, risueña, /la montaña te escondió, /mientras de lejos te alcanzan /los acentos de mi adiós. //Una corona de sombras/ te ciñe poniente el sol, /mientras la pena y el llanto /enlutan mi corazón. //Mayo, si tu luz muriera, /ay, me faltaría tu amor. /Astro, nunca te separes, /sin más esperanzas que hoy. //Ay, Madre, la luz se apaga, /ay, Madre, se esconde el sol. /¡Adiós, oh, Mes de María! /¡Oh mes de mi Madre, adiós!

Ya adolescente, iba el último día de mayo a escuchar el Coro de San Alfonso, integrado por Libia y Mercedes Ochoa, Delia Hidalgo, Martha Anguisaca, Mercedes y Olga Idrovo, y esta canción era el broche de oro de la fecha. Hace poco, en plena pandemia, Doña Martha Anguisaca me hizo llegar un disco que contiene una grabación de esa vieja y querida melodía. Desde aquí le agradezco, contándole a ella y a Uds. que lloré de emoción, escuchándola.

Cuando Honorato Vázquez fue Rector de la Universidad de Cuenca (1904), instituyó el culto a la Virgen de la Sabiduría, en cuyo honor se estableció el certamen de poesía “Rosas de mayo”, que en un folletito recogía las composiciones recibidas y galardonadas en el concurso. De lo que recuerdo, en ninguna administración se dejó de celebrar la fiesta y velada en honor de María, que culminaba con una misa. El respeto de los rectores, que aunque no compartían la creencia permitían la fiesta religiosa, demuestra la enorme tolerancia, siempre vigente en nuestra Alma Mater. Las eucaristías a cargo de monseñor Luis Alberto Luna Tobar son ya parte de las leyendas doradas del festejo. Y este año, pese a la pandemia se ha vuelto a rendir culto a la Madre de Dios en los predios universitarios. ¡Congratulaciones!