La ética de lo privado

Bladimir Proaño

No solo debe criticarse la ética en lo público, y menos ceñirse esta crítica a la década autoritaria como lo escribió un articulista de El Universo el viernes pasado. Las entidades del sector público en mi memoria histórica siempre se han prestado para los compadrazgos, las coimas, los favoritismos y más comportamientos antiéticos. Pero estos actos no solo están presentes en lo público, también en el ámbito privado existen manifestaciones de falta de ética.

Todos los ecuatorianos esperamos que el Decreto Ejecutivo # 4 no sea un cuerpo normativo que implique esta frase que siempre se repite hecha la ley hecha la trampa y que tanto lo funcionarios públicos como los privados que interactúan con ellos no sean parte de los juegos antiéticos. La ética en lo privado y sobre todo en el ámbito empresarial se enmarca en lo que llamamos el Gobierno Corporativo (Corporate Governance)

El Corporate Governance, nació como reacción a los excesos de las grandes compañías en un mercado absolutamente desregulado y debido a las grandes crisis generadas como resultado de prácticas comunes como lo son el fraude, la incompetencia y abuso que conllevaron la eminente quiebra de relevantes y diversos sistemas y corporaciones del mundo, por lo tanto se crea la necesidad en la importancia de construir confianza, por generar credibilidad y lealtad en los mercados y establecer un sector empresarial             sano y transparente especialmente en mercados de capital donde se pide a gritos una información transparente, confiable y de la más alta calidad. 

Recientemente, en un diario alemán se denunciaba que, en la declaración de impuestos de una empresa multinacional en Irlanda, que tiene residencia fiscal en las Bermudas (paraíso fiscal), con sus maniobras de ingeniería fiscal para ahorrar en su factura fiscal evitó el pago de una enorme suma libre de impuestos, equivale al 75 %  del PIB de Irlanda, este comportamiento ha desatado críticas, y eleva la presión sobre las grandes corporaciones. Irlanda, que ha servido de trampolín a estas operaciones de Microsoft para evitar pagar impuestos, es uno de los más firmes opositores de la nueva regulación que se discute a escala mundial. (O)