Estamos retrocediendo

Karina Elizabeth López Pino

A finales del 2020 ya se sentía que algo no andaba bien con el Registro Civil y eso lo digo porque los novios reservaban su turno con meses de anticipación y nada estaba claro.  Al fin y al cabo, qué podría asombrarnos si todo era culpa de la pandemia. Pasaron los meses y esta anomalía creció con el tema de los pasaportes. Los medios de comunicación recientemente hicieron eco de este malestar ciudadano cuando lo acontecido ha sido una constante de varios meses atrás.

El toque de queda no fue impedimento para todos aquellos ciudadanos de distintos rincones de la Patria que lograron hacer filas alrededor del Registro Civil de la ciudad de Cuenca.  En esos días hasta el clima fue cruel. La verdad no entiendo cómo lo hicieron si se supone que el toque de queda era para evitar las aglomeraciones y la propagación del virus. 

En fin, los que incumplieron con la disposición de movilidad hasta las 05h00, lograron sacar su pasaporte. Y los obedientes que correctamente acataron la orden no pudieron cumplir el objetivo, llegar a las 05h30 de la mañana permitía alcanzar a escuchar de boca de los guardias de seguridad que la capacidad de atención de ese día ya había concluido.  

Tras días de irrespeto a los derechos ciudadanos algunos pudieron contactarse con esos vendedores de turnos. Todo se daba en clave y en corto. Incluso el poder pagar entre $30 y $50 no estaba al alcance de todos; hasta en esos actos corruptos hay grupos privilegiados. 

Otros al estar a punto de lograr el objetivo no accedieron al turno porque la cédula no servía para el trámite. Al respecto nada informaban, que falta de piedad, empatía y servicio.  

En fin, vayan sabiendo que las cédulas torcidas cuyos plásticos estén levantados o ajados no sirven para el trámite. Y en el caso de los menores de edad, no valen aquellos documentos de identificación que no tengan huella y firma. Ustedes dirán habrá que sacar otra, en teoría sí, pero lo difícil es coger un turno en el sistema en línea. Otra odisea que se suma al pésimo servicio de atención ciudadana. 

Cosa rara, solo los ciber cafés y los estudios fotográficos aledaños al sector del Registro Civil pueden acceder a los turnos en línea. Así que si les urge el trámite deberán invertir entre $3 y $5 que no garantiza inmediatez, sino un turno de atención dentro de 15 a 30 días. 

¡Qué locura! en vez de avanzar, insisto, estamos retrocediendo. Cuidemos la cédula y evitemos perder el tiempo, morir de iras y ver la típica viveza criolla.