Regale una Pfizer

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

El proceso de vacunación nacional es la política pública más importante de los últimos años y lo será para el cumplimiento de otros objetivos nacionales.

El Ecuador ha debido enfrentar uno de los golpes sociales y económicos más fuertes del último tiempo, no existe antecedente alguno en la historia del país. Muertes, pérdidas de empleo, endeudamiento público, crisis social e institucional, desplome de las exportaciones y del mercado, corrupción y fallas en parte del sistema de salud pública. Además, en los primeros meses, una clara ausencia de acciones contundentes a superar la crisis y ganarle a la pandemia que asfixió a todos los ecuatorianos.

El mundo despertaba con la intriga por el mañana y las noticias cada día eran menos alentadoras sumadas a una insalvable ausencia de verdad y recurrente desinformación por todo lado, la cual no se condolió de la realidad y dificultades propias que cada ciudadano afrontaba. Así llegó la desprovista capacidad de enfrentar la pandemia. Murieron familiares cercanos y lejanos. Amigos queridos y vecinos. Compañeros de trabajo y hermanos. También, la tienda del barrio y el emprendimiento con tanto esfuerzo empujado.

El progreso de la vacuna no era únicamente un camino científico y prometedor, sin duda, era un sendero de esperanza y lo sigue siendo. Esperanza hacia la vida y volvernos a abrazar. Esperanza por cumplir las metas familiares e individuales. Esperanza por el futuro. Esperanza por lo esencial: el cuidado y protección, la integridad.

El plan de vacunación nacional no es cualquier acto, aún menos puede normalizarse como proceso corriente. Al contrario, tiene que ser visto como lo que es: una política social para la gente, capaz de revertir estructuras y profundizar igualdad, oportunidades y materialización de derechos reales para todos los ciudadanos. Es un derecho fundamental. Urgente y necesario. Para entendernos: es el sumak kawsay o buen vivir reconocido en la Constitución para todos los ecuatorianos. Todas las vacunas sirven. Estar sin vida, no. Ya no insista con que regalen una vacuna Pfizer, vacúnese con la que den. (O)