La comunicación, punto débil de Lasso

Rubén Darío Buitrón

La semana que terminó este 18 de julio fue dramática para la debilitada comunicación del gobierno de Guillermo Lasso, tanto en el frente interno como en el externo.

Primero fue el canciller Mauricio Montalvo, quien emitió un tuit y luego un comunicado oficial que no recogían los argumentos de los millones de pobres que el domingo 11, en un gesto inédito y desesperado, salieron a las calles a protestar contra el gobierno por la grave situación que vive el pueblo de la isla en salud pública, alimentación, desempleo y pobreza, mucho más ahora que el Covid-19 empieza a atacar con singular fuerza.

El error fue tan visible que la oposición a Lasso lo aprovechó de inmediato. Un tuit de @marcoanibal reflejaba el desatino con esta ironía: ‘’¿Cuál es la posición oficial de Ecuador ante lo sucedido en Cuba? 1. ¿La de cancillería? 2. ¿La de Lasso? 3. ¿La de la embajada de Gringolandia? La 3, Polito, la 3. Última palabra. Vergüenza ajena’’.

El portal 4 Pelagatos mostró su indignación por lo sucedido: ‘’Mauricio Montalvo, canciller del Ecuador, metió la pata, y de qué manera, sobre las manifestaciones en Cuba, al punto que el presidente tuvo que hacer otro comunicado. Montalvo parece mamerto extraviado en el gobierno de Lasso’’.

Frente al error estratégico de Montalvo, que hizo frotar las manos al correísmo y a la izquierda fanática, al mandatario le tocó salir al paso con otro comunicado donde dejaba clara la posición del régimen ecuatoriano contra la dictadura caribeña. Tuvo, además, que redondear el borrón al mal paso de Montalvo con una contundente declaración en la que hizo un enérgico llamado a la dirigencia política cubana mientras asumía en Bogotá la presidencia pro témpore de la Comunidad Andina.

Hay preguntas, sin embargo, que aún no se responden: ¿Montalvo representa la línea de la política exterior de Lasso? ¿Dejará el Presidente las cosas así, con el peligro de que en una situación internacional más grave la Cancillería vuelva a generar confusión y bochorno al Gobierno? ¿ Cuán fluida es la comunicación interna dentro de la maquinaria informativa del régimen? En estos casos, ¿cuál es el rol de la Secretaría General de Comunicación?

Casi simultáneamente, el Gobierno lanzó mensajes confusos en relación con el caso de César Monge, uno de los cuadros de Lasso y su principal operador político.

Se conoce que el dirigente sufre de un cáncer y que su situación es muy delicada. Contrarrestar un mal como ese requiere dedicación plena para detener la propagación de la enfermedad y era obvio que Monge -elegido asambleísta en los recientes comicios- no tendría el tiempo y, quizás, tampoco la fortaleza física para conducir el difícil y complejo ministerio de Gobierno.

Si es así, ¿por qué el presidente Lasso lo eligió como ministro? Quizás -y esta es una especulación, porque no hay certezas- el mandatario se dio cuenta del error y buscó una manera de que Monge abandonara el ministerio sin comprometer su reputación, sin dejar espacio para los rumores y sin dar lugar a que alguien eche sombras sobre su lealtad a Lasso y a su agrupación ideológica CREO.

La solución, al menos desde el punto de vista oficial, se difundió el viernes el 9 de julio: el Jefe de Estado condecoró a Monge con la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Cruz.

Sin embargo, al condecorar a un funcionario que apenas llevaba más de un mes y medio en su gestión, el gesto de Lasso resultó un boomerang porque despertó infinidad de rumores sobre el agravamiento de la salud de Monge.

En el decreto, Lasso considera que Monge “es un distinguido ciudadano, que ha desempeñado altos cargos, tanto en el sector público como en privado con total entrega en beneficio de la sociedad ecuatoriana”.

El documento recordaba que Monge se había desempeñado como director ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura, un asunto totalmente ajeno al manejo político del Estado, y puntualizaba que Monge es uno de los fundadores de CREO y fue uno de los militantes que acompañaron a Lasso desde su primera campaña electoral, en 2013.

El problema, sin embargo, no se solucionó con una explicación tan simple y enredada. Y las redes sociales estallaron con versiones de toda índole.

 Un día después, frente a la avalancha de especulaciones, el Gobierno se vio obligado a informar que ‘’el ministro se encuentra estable y en Guayaquil. Monge continúa con su tratamiento para luchar contra el cáncer’’.

De nuevo, así como ocurriría pocos días después con el enorme error del ministro de Relaciones Exteriores en relación a la crisis cubana, los voceros del Ejecutivo y del movimiento tuvieron que blindar su mensaje cuando este ya se había extendido por todo el país.

Un comunicado de CREO reiteró que Monge continúa con su tratamiento oncológico en Guayaquil y que su salud es estable y pocas horas después (¿no debió ser horas antes?) la Secretaría General de Comunicación (Segcom), que es la encargada de la información oficial, se sumó a esa versión, descartó los rumores y expresó que ‘’el Ministro Monge está acompañado de sus familiares”.

Como si fuera un error de comunicación de los ciudadanos y no una falla de bulto de los encargados de comunicar al país lo que ocurra con el Régimen, sus funcionarios y sus políticas, la Segcom expresaba su petición a la ciudadanía “a mantenerse informada únicamente por canales oficiales y a no propagar rumores malintencionados en las redes sociales”.

Otra falla garrafal: si se juntan dos o más acciones erróneas y se lanzan mensajes confusos y contradictorios, ¿quién propaga los rumores malintencionados, los ciudadanos o el propio Gobierno? Sin duda, Carondelet y la Segcom.

Para poner la fresa en el pastel, apenas dos días después dicha secretaría informaba que la nueva ministra de Gobierno de Lasso es Alexandra Vela, un símbolo de la desaparecida Democracia Popular y del mahuadismo.

¿Y Monge? ¿No argumentó la Segcom que eran ‘’rumores malintencionados’’ las cosas que se dijeron después de la condecoración? ¿No dio a entender que el funcionario seguiría en su puesto de ministro? ¿Por qué renunció si no es porque necesita más concentración en superar su cáncer? Tanto es verdad que la gestión de Monge estaba disminuida, que su última aparición pública ocurrió el 19 de junio durante un encuentro con alcaldes de Guayas.

Como reseñaba diario El Comercio, ‘’Pese a la renuncia de Monge, la intención del presidente de la República, Guillermo Lasso, es que su amigo personal siga vinculado al Gobierno. Es por eso que, a través del Decreto Ejecutivo 117, dispuso que la Presidencia cuente con una Consejería para la gestión de la gobernanza y asuntos seccionales’’.

Según el periódico quiteño, ‘’con esa orden ejecutiva, se designó a Monge como consejero de Gobierno, quien se encargará de asesorar al Presidente en sus relaciones con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (municipios y prefecturas) y regímenes territoriales especiales’’. 

La noche del miércoles -concluía la nota- en el Palacio de Carondelet, el presidente Lasso no ocultó la nostalgia por la salida de César Monge del Gabinete, ya que está delicado de salud por el cáncer de páncreas que enfrenta desde hace un año. El Mandatario dijo que el ahora exministro ‘es parte del alma’ del actual proyecto político’’.

La telenovela concluyó el miércoles 14 de julio con la posesión de Alexandra Vela como ministra de Gobierno. El lugar y el momento donde hizo su primera aparición oficial fue en la ceremonia de confirmación del mando policial, que se realizó el jueves 15 en la Escuela Superior de la Policía, en Pusuquí.

César Monge, de 48 años, asume funciones poco claras que dejan entrever la desesperación del presidente Lasso por sostener la reputación de su amigo, colega y compañero mientras lucha contra un cáncer que suele ser violento y hostil.

El regreso al poder de íconos de la antigua Democracia Popular deja otras preguntas que solo el tiempo responderá. Mientras tanto, la luna de miel de Guillermo Lasso con los ecuatorianos va terminando en un entorno delicado donde ya se ven pequeños incendios políticos con la elección de Leonidas Iza como presidente de la Conaie y posibles conflictos sociales como los de los transportistas por el costo de los combustibles y los arroceros por el precio que se les paga por quintal.

Conforme pasan los días se evidencia que ejercer el poder político no es un lecho de rosas ni tampoco es, como en el caso del gobierno de Lasso, solo una cuestión de producir entretenidos y despistados tiktoks.