Una promesa incumplida

Andrés F. Ugalde Vázquez

El tema ha adquirido dimensiones francamente dramáticas. Una huelga de hambre que se aproxima peligrosamente a las tres semanas ante la cada vez más frágil salud de los manifestantes; un desangramiento (real y simbólico) a las puertas de la gobernación y un paro nacional inminente. Sí, las cosas han llegado demasiado lejos. Pero cuidado, no lo digo por los maestros de la Unión Nacional de Educadores, que no han hecho más que asumir la defensa, radical ciertamente, de un derecho largamente postergado.

¿Y cómo inicia el conflicto? Pues como inician todos los conflictos: con una promesa incumplida. Una promesa que inició allá por el 2012 cuando más de cien organizaciones del ramo iniciaron el debate para reformar la Ley de Educación. Una promesa que se materializó el 9 de marzo, cuando la Asamblea Nacional, por unanimidad, aprobó la nueva Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI). Una promesa que se esfumó el pasado 20 de mayo cuando la Corte Constitucional admitió a trámite dos acciones de inconstitucionalidad en contra de la LOEI, suspendiendo su vigencia con el respaldo, además, de la secretaría jurídica de la Presidencia.

¿Qué es, entonces, lo que planteaba la nueva ley? Pues, en lo esencial, un incremento del salario básico para los docentes del sistema público de educación (del 18% en aproximadamente) que no hace más que igualarlos al salario promedio de un servidor público; un incremento del porcentaje del PIB asignado a la educación, que alcanzaría un 6%, cifra claramente insuficiente, pero al menos superior al vergonzoso 3% del PIB, que es lo que actualmente el Ecuador destina a sostener su sistema público de educación; y finalmente, la reincorporación de aquellos docentes que perdieron su trabajo durante la pandemia, como un gesto elementalmente humanitario.

¿Que hay algunos elementos ajenos a la Constitución? Pues bien, tal vez así sea. Y entonces, de ser el caso, habrá que evaluarlos a través del diálogo y la apertura. Ignorar la protesta no servirá de nada ni la hará desaparecer. Y, además, en una nueva administración que se anuncia bajo la premisa de las puertas abiertas, esto ciertamente, no es la manera de comenzar… (O)

@andresugaldev