Quién creería que la delegación de deportistas ecuatorianos a las Olimpiadas está conformada en su mayoría por mujeres, 30 de 48 delegadas nos representan; en su mayoría, no contaron con un real respaldo de las autoridades competentes en el país.
Entre estas mujeres tenemos a las cuencanas: Paola Bonilla (34), quien clasificó a las Olimpiadas sin formar parte del Plan de Alto Rendimiento de la Secretaría del Deporte; Doménica Azuero (25), quien es la primera mujer ecuatoriana en competir en BMX en unos Juegos Olímpicos; Elizabeth Bravo (34), triatlonista y Samanta Arévalo (27), nadadora de aguas abiertas, quienes asisten por tercera vez a las olimpiadas.
Reconocer su esfuerzo, dedicación, constancia y trabajo es necesario; estas mujeres también son hijas, madres, esposas, novias, estudiantes, trabajadoras, y mucho de lo que han logrado ha sido con el apoyo de sus familias, entrenadores y empresas privadas. El Estado apuesta poco por las mujeres en el mundo deportivo.
A ellas un aplauso, para mí son ganadoras desde ya, porque si lo vemos en perspectiva, el mundo de los deportes es particularmente masculino, y las mujeres se abren paso con mayores retos. (O)
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