Inicio fallido

Hoy conmemoramos el 212 aniversario del primer grito de independencia en nuestro país ocurrido en Quito, capital de la Real Audiencia. El proceso de las sangrientas luchas de independencia de España, sometida al imperio napoleónico reforzó la idea en varios lugares del imperio español en América para seguir un camino similar. Las ideas no cambian la realidad; deben convertirse en acciones. Un grupo de Quiteños tomó esta decisión y, sin enfrentamientos armados, destituyó a las autoridades nombradas por el rey y asumieron el mando. Nadie niega la importancia de este hecho, pero lo que es hoy nuestro país dejó definitivamente de ser parte del imperio 13 años después, luego de la batalla de Pichincha.

Podemos decir que fue un intento fallido porque los españoles, recurriendo a la fuerza recuperaron el poder, pero, de ninguna manera, este fracaso no es un desdén ni una crítica. Lo importante fue que estas ideas que se desarrollaron en todo el imperio se mantuvieron y de diferentes maneras, enfrentando la violencia española, casi la totalidad de los países alcanzaron la tan deseada independencia. Los cambios importantes siguen un proceso y lo que cuenta es no dejarse dominar por los fracasos, sino seguir adelante para llegar a la meta, corrigiendo errores y buscando aliados. Lo laudable es que Quito fue el escenario de este primer intento y que la semilla fructificó.

Es perfectamente explicable que conmemoraciones como esta se celebren con júbilo. Pero hay que aprovechar la ocasión para reflexionar sobre cómo se manejó la independencia, sus éxitos y falencias. Muy fácil es hacer un memorial de agravios de los gobiernos del pasado para justificar una serie de aspectos negativos, pero no cabe centrarse en el pasado. Hay que mirar hacia adelante y considerar lo que debe hacerse para mejorar. Todos los habitantes de este país, algo de responsabilidad tenemos en lo que ha ocurrido y ocurrirá. Hay que tener una mentalidad positiva.