La movilidad eléctrica toma fuerza en Cuenca

Michelle Ortiz, asesora comercial y asistente administrativa de Amercom Cuenca, realiza pruebas de manejo de los vehículos eléctricos junto a los clientes. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Hoy en día se ha vuelto común observar por las calles de Cuenca transportes eléctricos como: scooters, bicicletas, motocicletas y hasta vehículos.


Juan Diego Ramírez preparó una tesis denominada “Propuesta de movilidad alternativa mediante el uso de una bicicleta híbrida en Cuenca” para obtener su título de ingeniero automotriz en la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), convencido de que su propuesta puede ayudar a mejorar el medio ambiente.


El proyecto se centró en el estudio de la geografía de Cuenca. Es así que armó una bicicleta de 1.000 vatios de potencia considerando el terreno irregular (cuestas y pendientes) de la ciudad, importando piezas desde China.


“La idea nació de la necesidad de buscar una alternativa de movilidad en Cuenca por el tráfico de la ciudad y los tiempos de llegada, la contaminación y la parte económica, ya que los combustibles cada vez se encuentran al alza”, expresó.


Ramírez indica que su transporte híbrido tiene muchas ventajas dado que se alimenta de la parte eléctrica, pero también se puede rodar pedaleando, incentivando a las buenas prácticas relacionadas con la conservación del Planeta y el cuidado de la salud. “Las pruebas de mi prototipo fueron realizadas en la ruta recreativa…Las personas se sintieron muy cómodas y contentas con los tiempos que se registraron entre punto y punto, a comparación de un vehículo a combustión o transporte público”.


Después de sustentar la tesis creó su propia empresa que se llama Ecomotion Movilidad Eléctrica, en donde vende bicicletas eléctricas o también convierte una bicicleta convencional en eléctrica. Los precios varían desde 700 a 1.000 dólares (aro 20) y en aro 26, a partir de 1.400 dólares.


Las bicicletas eléctricas que tiene en stock pueden alcanzar una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora cuando acelera. El kilometraje puede aumentar conforme a la fuerza en cada pedaleada (asistencia eléctrica).


Con 30 centavos se puede realizar una recarga de la batería que generalmente se demora de cuatro a cinco horas, con la cual se puede rodar 30 kilómetros promedio, o 60 kilómetros con asistencia, asegura. “Es un ahorro del 500 %”, acota.


Ramírez ve un futuro alentador en la movilidad eléctrica. “En las grandes ciudades esta tecnología ya se encuentra desde hace muchos años, por ejemplo, en Ámsterdam hay más bicicletas que autos debido a la emisión de los gases contaminantes, por lo que creo que todos los países apuntamos hacia allá”.

En el local Ecomotion Movilidad Eléctrica, administrada por Juan Diego Ramírez, se ofrecen scooters y bicicletas eléctricas. Xavier Caivinagua/El Mercurio

Michelle Ortiz, asesora comercial y asistente administrativa de Amercom Cuenca, afirma que poco a poco los vehículos eléctricos van ganando espacio entre sus clientes. “Si bien es cierto como empresa estamos cambiándonos a la venta de camiones, camionetas y busetas Foton, mantenemos todavía la línea eléctrica que incluye scooters, motos y vehículos”.


Ella cuenta que desde febrero han vendido cinco vehículos eléctricos Dayang, tipo jeep, con capacidad para cinco pasajeros y una autonomía de 100 kilómetros, a un precio de 8.990 dólares, cuyos destinos han sido principalmente: Azuay, Cañar y Santa Elena. “La gente cada día es más consiente con el medio ambiente, pero aún tiene miedo cuando quieren comprar un transporte alternativo”.


Entre los clientes de Amercom Cuenca predominan las mujeres entre 25 y 35 años, adultos mayores y extranjeros, debido a que los vehículos eléctricos son automáticos facilitando así su manejo, sostiene.


Las baterías se pueden recargar en ocho horas aproximadamente. “El costo-beneficio es muy bueno, ya que deben olvidarse de los mantenimientos y tienen algunas exoneraciones, entre ellas el pago del impuesto verde e IVA”.


Como Amercom Cuenca, inclusive, se piensa lanzar una flota de taxis de la marca Hanteng X5 para el sector turístico.
Ortiz, ingeniera automotriz de profesión, destacó que las scooters se venden masivamente en estos días porque sus precios son asequibles para los jóvenes, la carga es más rápida y sus baterías son portátiles.


“El plus que tienen las scooters es que no se necesita matricula ni tampoco licencia, hasta el día de hoy no existe ordenanza alguna, por tal motivo en septiembre con el regreso a clases realizaremos un nuevo lanzamiento de dicho transporte alternativo en beneficio de los universitarios”.

Motocicletas “ecológicas”

Francisco Murillo, gerente general de DIMM, recalca que la tendencia mundial de la movilidad alternativa prioriza el medio ambiente, razón por la cual los vehículos eléctricos tienen bastante afinidad frente al consumidor final.
El ejecutivo cree que la pandemia aceleró este proceso, pues en el 2020 facturaron 3.000 unidades a nivel del país y en lo que va del año llegan a 5.000.


Sobre las motocicletas eléctricas comparte que tienen muchas ventajas. “Son ecológicas, fáciles de manejar, el mantenimiento es mínimo. En el caso de nuestra marca Urvane Movility brindamos un servicio con garantía y post venta, pues somos ensambladores”.


Murillo piensa que las motocicletas eléctricas representan una alternativa viable para evitar el transporte público y/o aglomeraciones en tiempos de COVID-19. “La gente tiene mayor confianza, hay una gran aceptación sobre todo por la facilidad de manejo y la economía”.


Actualmente no hay una regulación o normativa que exija licencia o matrícula para este tipo de movilidad alternativa, expresa. “En otros países existen ciertos parámetros para exigir este tipo de documentación como exceder los 1.000 watts de potencia o que la velocidad sea mayor a 65 kilómetros por hora”. (I)

Los hermanos Francisco (I) y Pedro Murillo son los responsables de DIMM, empresa que ofrece motos eléctricas. Xavier Caivinagua/El Mercurio