Rumisol impulsa la práctica del yoga con clase gratuita

Personas de diferente edad acuden todos los sábados al denominado “lugar de felicidad”. Bolívar Sinchi/El Mercurio

Paz, felicidad, conexión con uno mismo, son algunos de los beneficios en los que coinciden los practicantes de yoga.

Contrario a cualquier estereotipo o mito, su práctica está abierta para cualquier persona independientemente de su edad, peso o estado físico.

“El yoga en Cuenca es algo muy nuevo y mucha gente aún tiene un poco de recelo porque tiene muchos mitos: que tengo que ser flexible, que tengo que vestirme de alguna forma, que tengo que ser vegetariano… en realidad es una práctica para todos”, dice Estefanía Vimos.

La artista escénica imparte una clase gratuita de una hora todos los sábados desde las 09:00 en Rumisol, ubicado en las avenidas Remigio Tamariz y Agustín Cueva.

Los interesados solo tienen que acudir temprano y con ropa cómoda porque el aforo está restringido para diez personas. Ellos proporcionan las colchonetas y los bloques.

La disciplina, el compromiso y la voluntad son fundamentales para sentir los beneficios físicos, mentales, espirituales, energéticos.

“Es una práctica súper completa donde hacemos ejercicios físicos, pero también hacemos pausas para meditar, mantra que es como cantos…”.

Si alguien relacionaba el yoga con religión, Estefanía descarta cualquier vínculo. “No tiene nada que ver con tu creencia religiosa sino tiene que ver con una práctica desde tu conocimiento interno, desde tu verdad, desde tus lugares más profundos para encontrarse a uno mismo”.

Hay distintos estilos de yoga, según el objetivo que se tenga. “A lo mejor tiene problemas de insomnio, de ansiedad, las clases de meditación y movimiento le van a ayudar un montón para usar mejor la energía y descansar mejor”. (BST)-(D)