Gualleturo y su gente

Gonzalo Clavijo Campos

La parroquia histórica y mágica San Francisco de Gualleturo se encuentra ubicada al noroeste del cantón Cañar, provincia del Cañar.  Se puede acceder a ella desde Cuenca en un tiempo aproximado de dos horas y media por la panamericana Norte hasta la Parroquia Ducur y luego dirigirse por la vía que en su primer tramo desciende hasta el río Cañar y asciende en un segundo tramo al centro parroquial de Gualleturo en una distancia de 19,0 km, pasando antes por pintorescas y bellas localidades.

Presenta un relieve irregular con presencia de grandes elevaciones, divisándose hermosos paisajes naturales, vistas panorámicas de El Tambo, Cañar, el Bosque Protector Molleturo Mullopungo, Quinua y Zhuya con una gran riqueza en biodiversidad y cuatro lagunas en Pallcacocha, aguas minerales del río Ñutucus y del río Raura; las moliendas de la zona baja.

Lo que más impresiona es su gente bondadosa, hospitalaria, su cultura, costumbres y tradiciones, gastronomía, las fiestas cívicas y religiosas. Con un trabajo intenso todos los predios tienen riego por aspersión y la parroquia ha reverdecido, produciéndose leche que es procesada en grandes plantas industriales de hasta 10.000 litros diarios para elaborar queso y yogur, comercializados en Guayaquil. Se destaca en estos dos últimos años la restauración de su Iglesia y Casa Parroquial, convirtiéndose en un verdadero tesoro cultural y religioso quizá de los más bellos de toda la serranía ecuatoriana.

Hasta hace pocas décadas el alcohol producido en Gualleturo y San Antonio de Paguancay, era transportado por Ducur hacia la costa y a Cuenca por Checa y Chiquintad. Y qué paradoja ahora ya no es el licor que une a estas cinco parroquias es el agua convertida en energía hidroeléctrica, en recursos económicos a través de las Centrales Hidroeléctricas de Ocaña, Saymirín y Saucay, administradas por la Empresa ELECAUSTRO S.A. que, en coordinación con las Prefecturas del Cañar y Azuay, las Municipalidades de Cuenca y Cañar, de manera coordinada y armónica, se convierten en obras, servicios, calidad de vida, alegría para muchos.

¡Saludamos fraternalmente a San Francisco de Gualleturo y sus hijos ejemplares en sus 169 años de parroquialización! (O)