La migración que sufrimos en 1998, por la crítica situación económica del País, en aquel año, al parecer vuelve a repetirse en la actualidad, buscando mejores condiciones de vida en España y Estados Unidos. En el 98, se registró un éxodo de más de dos millones de ecuatorianos, hoy hasta el momento estamos llegando a los 200.000 ecuatorianos, que abandonan la patria fraccionando familias y separándolas obligadamente por la falta de fuentes de trabajo, cuya tasa de desempleo va en aumento, pese a las promesas de campaña realizadas por el Presidente Guillermo Lasso, que hasta la fecha no ha logrado reducir el desempleo. Este afán por migrar toma fuerza cuando México decidió retirar el requisito de visado a los ecuatorianos, y que se agudiza con la gravísima y difícil economía por la caída del petróleo y otros factores relacionados con la toma de decisiones, los efectos del COVID-19, en 2020 y 2021, la inestabilidad política y la corrupción que no se detiene, contribuyen para que los connacionales tomen la decisión de migrar. En el campo político los líderes nacionales, seccionales, Cantonales y Parroquiales, violentan las leyes y no les pasa absolutamente nada, por una justicia lenta, y por la actitud de ciertos Fiscales y Jueces venales que son la excepción, pero que causan gravísimo daño a la imagen de estas instituciones en la cuales pocos creen. Estos ingredientes alientan a los conciudadanos para que opten por alternativas mucho más riesgosas, buscando mejores lares y en este intento se han registrado en decenas de ocasiones el fatal desenlace de ecuatorianos que han perecido en el desierto o que han sido víctimas de organizaciones criminales, hay estadísticas en las cuales se registran que hay 54.543 ecuatorianos que en México han sido detenidos y deportados en la frontera de EE. UU. Para paliar este fenómeno, es necesario declarar a los territorios de migrantes zonas de desarrollo económico especial y promover una atención prioritaria por parte del Estado, para concentrar recursos, asesoría y dotar de insumos que permitan generar condiciones de desarrollo, impulsando la agricultura, creando e instalando fábricas e industrias, que garanticen un trabajo estable, para desarrollar una vida digna y no verse tentados a migrar. (O)
