Entendimiento obligado

Luis Ochoa Maldonado

Como el feriado bancario, el Ecuador requiere una salida consensuada de la crisis fiscal, entre poderes del estado. La pandemia movió el piso que estaba delicado, dejando como secuelas desatención de la población empobrecida, con indicadores de desempleo masivo, que llega al medio millar de pérdidas de puestos de trabajo dignos, según últimas estimaciones, lo que trae consigo la migración hacia países adelantados, a pesar de arriesgar hasta la vida. Pues la patria expulsa a una población económicamente activa por carencia de confianza e ilusión, con altos índices de criminalidad asociada al narcotráfico.

Las tareas primordiales de un estado responsable, es hacer factible el apoyo a los más necesitados que corresponden a los quintiles de pobreza y extrema pobreza, con bonos de sobrevivencia, servicios gratuitos de salud y educación, que lamentablemente no se invierte como debería desde el estado lo que prevé la constitución, además de garantizar la seguridad ciudadana afectada en todos los órdenes. Hay por doquier reclamos para ser atendidos, sin embargo, sin recursos para dichos pedidos, por lo que se requiere patriotismo, inteligencia y sensatez para llegar a entender la magnitud de la crisis económica y social, que puede avanzar sin duda a una crisis política, de no mediar un entendimiento entre las funciones del estado: ejecutiva central y descentralizada, legislativa, judicial y de control poniendo adelante los caros intereses ciudadanos.

La situación apremia y hay que mostrar evidencias, que se entiende sus consecuencias graves, con renunciamientos de aspiraciones particularizadas de gremios, que miran sus intereses únicamente, sin darse cuenta que el país necesita de todos los aportes para levantarse de su inmovilidad, aprovechando oportunidades que las tenemos, pero cambiando las consabidas componendas, del reparto, entre los que presionan las soluciones a su favor. Cuidado que los tiempos cambian y ahora la misma tecnología pone en evidencia componendas que antes igual o peor se hacían. La corrupción es la endemia que nos ha consumido de manera histórica y hay que enfrentarla sin miramientos. Ahora. (O)