¡Guayaquil!

Las colonias españolas ubicadas junto al Océano Pacífico estaban en desventaja con las del Atlántico por la facilidad de comunicación transoceánica con   el centro del imperio. En la Real Audiencia de Quito el puerto de Guayaquil vinculaba a las colonias de esta parte, ya que nuestro país fue parte del virreinato del Perú durante mucho tiempo. Esta ciudad, pese a la desventaja, se desarrolló con vigor dada su condición portuaria. Siendo parte de la república del Ecuador, con el auge de la producción y exportaciones del cacao y el banano se convirtió en capital económica con una visión cosmopolita por su contacto con las potencias del mundo.

Su independencia, que ayer celebramos, se realizó en forma autónoma sin la participación directa de otros países y se incorporó a la Gran Colombia, luego de que en esa ciudad se realizó el encuentro entre los dos grandes líderes independentistas de sudamérica, San Martín y Bolívar. Se puede hablar en nuestro país de una “bicefalía” dado el equilibrio económico y demográfico con la capital Quito, gestando tendencias regionalistas fortalecidas por las condiciones ecológicas tan diferentes. Esta diversidad tiene consecuencias positivas por la complementariedad natural que ha incidido en lo humano, enriqueciendo la diversidad en la unidad.

Sus condiciones económicas han contribuido a una actitud emprendedora y empresarial, pero de ninguna manera han obstaculizado sus realizaciones culturales.  Su contribución en los campos de la literatura y las artes visuales ha sido muy grande, comenzando con Olmedo, uno de los gestores de su independencia, el gran poeta de la emancipación con su Canto A Junín, Debido a la cercanía, la vinculación de nuestra ciudad con Guayaquil ha sido y es intensa demostrando cuán constructiva puede ser la vecindad. Nos unimos al homenaje a esta ciudad en el día de su nacimiento independiente.