Letargo

Catalina Sojos

El estado de letargo en el que nos sumergió la pandemia se evidencia en estos días cuando, lentamente, sacamos la cabeza de nuestras cuevas y nos enfrentamos a la “nueva normalidad” La evaluación que cada uno debe hacerse, luego de estos terribles tiempos, es urgente y necesaria. El poder mediático cambió nuestras costumbres y un cerebro perezoso se transformó en un aparato receptor de la muerte del pensamiento crítico; en el caso de los niños y adolescentes la realidad es más terrible todavía, puesto que aletargados y cómodos indiferentes y en la mayoría de los casos carentes de estabilidad económica y de protección familiar, navegaron en este marasmo al borde de la orilla. Urge que las escuelas, los centros educativos y las instituciones culturales provoquen espacios en los que ese letargo, ese abotagamiento de la pandemia se transforme en deporte, en iniciativa cultural y educativa. Tarea prioritaria para maestros y padres de familia que tienen la obligación de despertar, ellos mismos, y sus discípulos, hijos y allegados a un nuevo ordenamiento, a nuevas formas de aprendizaje en todos los estratos y sus especificidades. No se trata únicamente de abrir la puerta es, sobre todo, recomenzar y surgir con nuevas voces ante esta generación que nos espera. (O)