Trabas a la gestión del Presidente

Gerardo Maldonado Zeas

La oposición en la Asamblea Nacional no permite que el Presidente Lasso cumpla con sus ofrecimientos de campaña. No han tratado ninguna de las propuestas que envío: el proyecto de Ley de Libre Expresión, el de reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior, la proforma presupuestaria para ajustar ingresos y gastos por el 2021; y la última, la denominada Ley Creando Oportunidades la cual fue devuelta de manera arbitraria, con total descortesía, declarando de manera anticipada su inconstitucionalidad.

Ahora, el pleno de la Asamblea en la cual una mayoría de oposición perniciosa ordena con total mala fe e inoficiosa actitud, mostrando una dedicatoria asombrosa, a la Comisión de Garantías Constitucionales para investigar los famosos “Papeles de Pandora”, dejando a un lado a la de Fiscalización,  comisión en la cual el presidente no tiene quien le defienda, por lo cual ya sabemos que así se demuestre como en verdad ha sucedido en los últimos quince años, el pago total de los impuestos, la decisión será encontrarle culpable, para tratar de enjuiciarle políticamente, y hasta destituirle.

En la entrevista del Presidente Lasso del miércoles pasado con Carlos Vera, destacó que en el Ecuador se vive un proceso de conspiración orquestado por el “triunvirato” Correa, Nebot e Iza. El estilo de gobernar del primer mandatario, no les gusta a los políticos de pacotilla, acostumbrados a vivir de la coima, del manejo dispendioso de los recursos públicos, y de ser perdonados por sus bochornosos actos públicos. Su interés mezquino, es más fuerte que la prosperidad de la nación, de la gente en búsqueda desesperada por encontrar una oportunidad de empleo para tener un plan de vida menos lapidario. Es hora de reflexionar, para persuadir mediante la opinión pública para que Iza cambie sus actitudes de violencia y amenazas terroristas; en el caso de Correa mejor ya no darle balcón para que siga hablando, por su total falta de autoridad moral, al estar condenado por la justicia. Y a Nebot debemos recordarle que su tiempo en política se terminó hace mucho rato. (O)