Autochequeo es vital desde los 20 años

Patología es “fácilmente controlable” si el diagnóstico es temprano

Ecuador es uno de los países en donde más mujeres mueren por cáncer de mama cada año.

El cáncer de mama sigue ganando terreno en Ecuador: según el Observatorio Global de Cáncer, es la enfermedad que más fallecimientos está produciendo en las mujeres del país.

Solo en el 2020, en Ecuador se detectaron 3.563 casos nuevos y 1.056 mujeres fallecieron con cáncer de mama. Para el médico e investigador Bernardo Vega, los datos son preocupantes porque en otros países esa enfermedad no es la principal causa de muerte.

¿A qué se debe ello? Según Vega, por ejemplo, en Europa hay programas que están enfocados en identificar el problema de manera temprana, a diferencia de Ecuador, en donde la enfermedad está dentro de una problemática de salud que debería enfrentarse urgentemente.

“Desde las escuelas y colegios se debería indicar este tipo de situaciones, que es parte de la educación sexual. También están los procesos que deberían liderar el Ministerio de Salud con la educomunicación. Por último, se debe garantizar el acceso a los exámenes gratuitos o de bajo costo para detención temprana”, opinó Vega.

En Ecuador, solo dos de cada diez mujeres, que tienen entre 25 y 49 años, se ha realizado un examen para detectar el cáncer de mama, lo que, para los médicos, significa que se está perdiendo la oportunidad de identificar pronto la enfermedad.

En un conversatorio que organizó el Centro Integral de Patología Mamaria (CIPAM) por el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama se indicó que la patología es “fácilmente controlable” si el diagnóstico es temprano.

Sin embargo, si no se le da la importancia que requiere el cáncer de mama, el costo, no solo económico sino principalmente psicológico, es muchísimo más elevado, y las repercusiones en la salud pueden terminar con la muerte.

Una de las principales razones por las que las mujeres no acceden a las pruebas es que tienen miedo al diagnóstico.

Para Gerardo Beltrán, médico que trabajó con pacientes con cáncer en Cuenca y Brasil, las personas tienen un estereotipo marcado en el que asocian el cáncer con la muerte, cuando en la actualidad hay evidencia científica que permite cumplir con las curaciones de los pacientes.

Por esa razón es importante, primero, realizarse un chequeo temprano y continuo, y segundo, en caso de detectarse, contar con un acompañamiento desde que se identifica a la enfermedad hasta el final de su tratamiento.

Dentro de esa compañía, además de la labor que cumple el personal de salud, es necesaria la presencia de los familiares, quienes son un pilar fundamental tanto en la motivación para que las mujeres se realicen los exámenes, como en el proceso de enfermedad y recuperación.

Recomendaciones

A más del miedo al resultado, la falta de preocupación por parte de las mujeres es otro problema: esta debe ser latente para realizarse los chequeos necesarios.

De acuerdos a los médicos, toda mujer, desde los 20 años, debe iniciar con el autochequeo, más aún entre las personas que tienen familiares que fueron diagnosticadas con cáncer de mama porque el riesgo es todavía mayor.

Para las mujeres que tienen entre 40 y 65 años, la recomendación es realizarse una mamografía una vez al año.

“Todas las mujeres deben tener la precaución de realizarse un autoexamen de mama, todos los meses, aproximadamente unos dos días después que pase la menstruación”, recomendó Bernardo Vega.

Reconstrucción mamaria

La reconstrucción de senos tiene un significado muy especial para las mujeres que perdieron parte de su cuerpo por el cáncer de mama. Y en Cuenca, el Centro Integral de Patología Mamaria, una empresa única en el país, presentó una campaña para reconstruir las vidas de las mujeres que ha tenido que luchar con el cáncer.

En agosto pasado, un grupo de médicos hizo una convocatoria para que las mujeres de escasos recursos del Austro, que sufrieron cáncer, accedan a un programa gratuito de reconstrucción mamaria.

Tras varias evaluaciones, se seleccionaron a 11 mujeres que fueron intervenidas por médicos de México, Brasil y Ecuador, quienes no cobraron por su trabajo. Además, dentro de la campaña, participaron varias empresas privadas que colaboraron para que el proyecto alcance sus objetivos. (AWM)-(I)