«Azuay in da House»: una batalla (de palabras) que vale la pena

Por Emily Campoverde

Los participantes del evento de poesía "Azuay in da House", desarrollado este jueves. Emily Campoverde para El Mercurio

Hace tres años, el Slam Poetry Cuenca llegó a la ciudad para mostrar un nuevo formato para recitar poesía. El jueves 28 de octubre del 2021, después de todo el caos ocasionado por la pandemia, el proyecto El Diablo Verde y la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay dio otra oportunidad para revivir esta experiencia a través del evento Azuay in da house.

El slam o batalla poética es un formato de la década de los ochenta que consiste en enfrentar a un grupo de poetas, los cuales tienen tres minutos para recitar sus escritos hacia su contrincante y el público es el que decide quién gana o quién pierde.

Para Arly Sanz, uno de los participantes, esta batalla vale la pena porque «lleva la guerra a la palabra, donde sí vale la pena matarnos, que mueran las ideas para que renazcan«.

La batalla, que en un principio iba a ser en la terraza de la Casa de la Cultura, terminó en la sala de conciertos, completamente llena.

Para iniciar el evento se aclararon las reglas: de los 11 participantes tan solo tres pasarán a la final, el resultado dependerá del público. Así desafían el modelo convencional de los concursos con el fin de sacar a los poetas de su zona de confort, desafiar su ego y enfrentándolos ante el miedo del qué pasará.

A partir de ese momento el ánimo de la sala cambió. Por un lado, los participantes se encontraban tensos y nerviosos, mientras que la audiencia esperaba expectante lo que sucedería.

De tres en tres pasaron al escenario, frente a un micrófono y luces que aumentaban el suspenso de la situación. Cada uno se presentó brevemente antes de leer su texto y entre ese lapso de tiempo, entre presentarse informalmente y sumergirse en su texto, hubo un cambio impresionante.

Sus voces, sus posturas, sus miradas cambiaron al contar las palabras que algunos ya escribieron y que otros en ese momento se les aparecía. Y aunque en apariencia el público apoyaba a todos, la calificación fue eliminando a quienes no fueron los favoritos.

Finalmente tres personas disputaron los tres primeros puestos: Indira Meneses, Arly Sanz y Trisha Llivalen.

Los tres concursantes que disputaron los primeros puestos. Emily Campoverde para El Mercurio

Todos ellos sorprendidos de que hayan llegado a la final, buscaban entre textos escritos en papel o tipeados en el celular el poema que definiría su lugar.

Trisha fue la primera en presentarse, con un suspiro profundo transportó a la audiencia a un paisaje de brujas y libertad; Indira nos recordó que existe la memoria sobre todo de los muertos que dejaron sus huellas de lucha el pasado octubre del 2019; finalmente, Arly nos llevó a escucharlo mientras hablaba sobre el silencio.

Entre todos estos poemas imposibles de resumir, el público decidió que el primer lugar lo ganara Trisha, el segundo lugar Arly y el tercero Indira.

Este espacio cultural proporcionó alegría y un ambiente bastante ameno para quienes lograron asistir, en donde las palabras de quienes las escribieron fueron por primera vez compartidas.

“La poesía tiene que salir a la calle a los espacios seguros, encontrar nuevas voces y no estar en círculos cerrados y elitistas”, afirmó Issa Aguilar, organizadora del evento y fundadora del proyecto El Diablo Verde.

Finalmente, Trisha (Patricia Llinás Valencia) quien lleva 14 años escribiendo poesía y cuentos cortos compartió a El Mercurio que “hoy yo sentí que gané antes de ganar (el primer puesto), porque el hecho de pararme aquí y compartir con todos lo poetas, fue excelente, gané solo por venir”

Si se perdió del evento, puede verlo a continuación: