Insignes mujeres

Caroline Avila @avilanieto

Con orgullo me adhiero al reconocimiento que el Cabildo cuencano hace cada noviembre a sus conciudadanos destacados. Esta vez la lista publicada tiene una característica que deseo resaltar. Entre las homenajeadas están nombres como María Augusta, Rosa, Janeth, Betty, Sandra, Marlene, Macarena.  ¿Se dio cuenta? ¡Exacto! Comienzan a ser mujeres las que figuran con más frecuencia en una nómina que por lo general reconoce espacios donde la trayectoria es importante, y, como se sabe, el espacio público de participación de la mujer es de historia reciente.

De manera que reconocer la presencia de María Augusta Vintimilla en el ámbito de la docencia, la cultura y su labor en las ciencias sociales en la Universidad de Cuenca y en la ciudad me parece que es, no solo justo y necesario, sino que un gesto importante para quienes mantienen su trabajo.  Ella es un referente para todos y todas quienes hacen de la gestión cultural un componente fundamental de la vida de la ciudad y una bisagra hacia planteamientos transversales sobre planificación y participación ciudadana a través de colectivos dinámicos y diversos.  María Augusta trazó ese camino cuando todavía no se pensaba que la cultura debía gestionarse desde las bases de los colectivos sociales y para una sociedad más diversa, abierta y plural.

En ese mundo de cultura conocí a Janeth Alvarado, junto al piano, y a Marlene Ullauri, junto a un cuadro, mujeres valiosas y comprometidas con el arte en sus diversas manifestaciones.  En la docencia está Macarena Montes y en el activismo feminista Betty Guerra y Sandra López, ese activismo que se hace visible en los colectivos y en los foros, pero que parte desde los emprendimientos de mujeres rurales valientes y trabajadoras como lo fue Doña Rosa Méndez, la artesana que será homenajeada post mortem.

Son insignes mujeres que Cuenca reconoce este 3 de Noviembre por su trayectoria y contribución a una ciudad que gracias a ellas es cada día más diversa, más feminista y compleja, lo que la convierte en una Cuenca aun más humana, sensible y valiosa. (O)