Tras la pista

Juan F. Castanier Muñoz

Cuando se produce un asesinato, un investigador, por novato que sea, lo primero que comienza a averiguar es sobre qué motivos tendría el asesino para incurrir en tal delito. Si la motivación fue el robo, si se trató de un problema de faldas, de un ajuste de cuentas, de una venganza o deudas pendientes. Frente a la situación que se encuentra viviendo el país, con una crisis heredada indiscutible, en el campo económico, en el aspecto moral, en el ámbito político y en el tema sanitario; a cinco meses de haber iniciado sus gestiones el nuevo gobierno y de haber cumplido un proceso de vacunación a todas luces exitoso y transparente; y que ya se vea obligado a enfrentar una serie de reacciones violentas, agresivas, intransigentes por parte de cierta dirigencia política y gremial, pues, se trata de una situación que amerita el ponernos la mano en el pecho y reflexionar sobre a qué personas o grupos políticos beneficia la intranquilidad social que se intenta implantar en el país. Porque no creo que haya ecuatorianos, con un mínimo de sentido común, que piensen que la dirigencia a que me he referido se halla actuando con “motivos altruistas” y que su objetivo es el de constituir la SFPE (“Sociedad Política Filantrópica del Ecuador”).

La inestabilidad política tiene un evidente primer beneficiario y se trata del correismo, incluida la ARPE (“Asociación de Ricos, Prófugos y Exilados”), que constituye su brazo político. A este sector le conviene, supremamente, que al gobierno de Lasso le vaya mal, ¡no importa que el país se vaya al abismo!, con tal de poder desempolvar al “emparamado” del Arauz para las presidenciales del 2025. Los otros beneficiarios son los precandidatos presidenciales indígenas: Iza, Pérez, Santi, Quizhpe y Tibán, cuyos asesores les han instruido que, si aspiran a que un representante indígena, sea el próximo inquilino de Carondelet, pues, la campaña tiene que empezar ya y con la suficiente beligerancia e intolerancia.

Está claro, entonces, de dónde proviene el financiamiento de las movilizaciones, de dónde las estrategias para crear zozobra y tirar por la borda cualquier intento de diálogo. (O)