Las clases presenciales

Con seguridad, el Comité de Operaciones Emergentes aprobará el
cronograma escalonado pero obligatorio del regreso a clases
presenciales, propuesto por el Ministerio de Educación.

Una buena noticia en medio de intentos golpistas, disfrazados de
investigación, germinados en una Comisión Legislativa cuyos integrantes,
no todos claro está, han demostrado no merecer el cargo, tanto por su
manifiesto desconocimiento de la ley, cuanto porque están ahí producto
del azar político y para cumplir órdenes con propósitos nada
democráticos.

El retorno escalonado a las aulas comenzará a partir del 22 de noviembre
de 2021. Se prevé completarlo hasta mediados de enero de 2022.

Las mesas técnicas de Salud y Educación del COE nacional evalúan la
propuesta. Entre otros, el plan de bioseguridad a aplicarse, sobre todo
el cómo lo cumplirán, será fundamental para aprobarla.

El plan del Ministerio de Educación obedece al exitoso cronograma de
vacunación contra el Covid-19.

De hecho, más de 600 mil alumnos, de manera voluntaria asisten ya a
algún tipo de clases presenciales.

La relación directa entre profesores y alumnos es parte de la pedagogía.
Es en el aula donde se aprende. Los estudiantes, además tienen vida
social; igual los padres de familia, bajo cuya responsabilidad recayó,
en gran medida, las clases virtuales.

Sin embargo, debe preocupar la infraestructura de los planteles. Ni se
diga en el sector rural. Muchos no tienen la capacidad suficiente para
facilitar el distanciamiento físico entre estudiantes; peor, personal de
aseo, a lo mejor ni servicio de agua potable.

Una tarea, asimismo primordial a afrontar será alcanzar los niveles de
la calidad educativa, venidos a menos durante la virtualidad. Esto lo
han advertido muchos pedagogos, y los maestros lo saben.

Un clima social en armonía, no bajar la guardia ante la pandemia, la
reactivación económica, y el monitoreo constante del plan del Ministerio
de Educación por parte del COE, contribuirán al éxito del retorno
presencial a clases.