Chile: Una carrera presidencial sacudida por Papeles de Pandora y el cerco a Piñera

El presidente chileno Sebastián Piñera. Foto: El País.

En un Chile acostumbrado cada vez más a la división, parece que hay algo que sí concita acuerdo: los comicios del domingo son los más inciertos de la democracia y a ellos se ha sumado una nueva variable en las últimas semanas, los Papeles de Pandora y el cerco al mandatario saliente, Sebastián Piñera.

Apenas unos días después del arranque de la campaña electoral, el 3 de octubre estallaba la bomba: Piñera era señalado en una investigación internacional por supuestas irregularidades y conflictos de interés en la venta en Islas Vírgenes de un megaproyecto minero durante su primer mandato (2010-2014).

Según reveló el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), la última cuota de la venta de Minera Dominga estaba condicionada a que la zona no fuera protegida ambientalmente, una decisión que dependía de Piñera y que finalmente no tomó.

El escándalo forzó a la Fiscalía chilena a abrir una investigación por presuntos delitos tributarios y cohecho -que aún sigue en curso- y a la oposición de izquierda y centro izquierda a un impulsar un «impeachment» en el Senado para destituirle, que fue rechazo la noche del martes.

«TODOS GANAN»

Las repercusiones de los Papeles de Pandora se siguen sintiendo a cuatro días de los comicios, en los que Gabriel Boric (izquierda) y José Antonio Kast (extrema derecha) son los dos grandes favoritos para pasar a la segunda vuelta del 19 de diciembre.

Algunos expertos consideran que el proceso no tendrá efectos en las presidenciales ni en las parlamentarias (también se renuevan los 155 diputados y 27 de los 43 senadores), pero sí en la imagen de Chile: «Es una muy mala señal al exterior que algunos políticos traten de sacar ventaja de este tipo de cosas en plenas elecciones», apuntó Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos.

Otros analistas, en cambio, creen que tanto la derecha como la izquierda se han visto fortalecidas: los conservadores porque obviamente no pierden el Gobierno y las fuerzas progresistas porque, pese a la derrota en la Cámara Alta, se trata del juicio político contra un presidente que más ha avanzado en la historia de Chile.

Es además el segundo intento de juzgar políticamente a Piñera, tras el fallido conato de noviembre de 2019 por su gestión de la ola de protestas de 2019, las más graves desde el fin de la dictadura, con una treintena de muertos, miles de heridos y señalamientos contra las fuerzas de seguridad por presuntas violaciones a los derechos humanos.

«PROFUNDIZAR SU MALA IMAGEN»

El Senado acabó absolviendo la noche del martes al mandatario, a quien la Cámara de Diputados acusó de faltar al principio de «probidad» y «comprometer gravemente el honor de la Nación».

El gobernante, una de las fortunas más grandes de Chile con un patrimonio de 2.900 millones de dólares, defiende que se desvinculó de sus negocios a través de fideicomisos ciegos en 2009, antes de asumir su primer mandato, y que lo revelado ya fue sobreseído en 2017.

El juicio político «ya es parte del pasado» y «nunca tuvo ningún fundamento», afirmó Piñera el miércoles en una rueda de prensa.

Para Julieta Suárez-Cao, de la Universidad Católica, la publicación de los Papeles de Pandora «profundizó aún más» la ya denostada imagen del presidente, quien no ha conseguido levantar cabeza desde las protestas de 2019.

«Piñera hace tiempo que es una figura prescindible en la política chilena», añadió a Efe la académica.

Con una aprobación que apenas supera el 12 %, según la encuesta Data Influye publicada a principios de noviembre, el mandatario «es un salvavidas de plomo para cualquier candidatura», dijo a Efe Mauricio Morales, de la Universidad de Talca.

EL CANDIDATO OFICIALISTA SE DESMARCA DE PIÑERA

Ni siquiera la carta oficialista Sebastián Sichel ha defendido el legado piñerista, sino todo lo contrario, «ha tratado de desmarcarse de él constantemente», apuntó a Efe Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos.

Sichel, un exministro de Piñera, partió como uno de los favoritos, pero con el paso del tiempo se fue desfondando y fue adelantado por Kast y la democristiana Yasna Provoste, de acuerdo a las últimas encuestas.

Para Raúl Elgueta, de la Universidad de Santiago, lo que realmente le interesa a Piñera es la investigación judicial de los Papeles de Pandora y del estallido social y «saber si va a poder disfrutar de la fortuna que tiene viajando alrededor del mundo», sin que le abran causas internacionales y «su caso se convierta en un Pinochet 2.0»

«En la opinión pública -acotó a Efe el académico- está la idea de que él es la máxima encarnación de la mala relación entre política y dinero». EFE