Señores Presidente y Vicepresidente:

Marco Carrión Calderón

Espero que ustedes pudieran leer estas palabras que reclaman algo de lo cual no son responsables, pero hay funcionarios que sí lo son. Me refiero al abastecimiento de medicinas e insumos en los hospitales del Ministerio de Salud y en los centros de salud del IESS.

Han pasado ya seis meses de su gobierno y recién se dan cuenta, y eso por los reiterados reclamos de los usuarios, que las medicinas e insumos se han acabado. Los enfermos han tenido que salir a las calles, arrastrando sus dolencias, algunos cargando sus tanques de oxígeno, para que recién piensen en iniciar el proceso de compra de esas medicinas. Desgraciadamente es un trámite que según nuestras engorrosas leyes demora bastante tiempo. Y ¿hasta tanto qué fin tendrán los que urgentemente necesitan esas medicinas…?

Lo menos que merecen esa Ministra de Salud y esos directivos del IESS es la destitución por haber dejado pasar seis meses sin poner remedio a la falta de medicinas, de haber permitido que vayan acabándose en las bodegas, sin haber ya adquirido tan indispensables productos. La salud y la vida de muchísimos ciudadanos dependen de aquellos y no es cuestión de que esos funcionarios estén ocupando sus cómodos sillones tomando café o leyendo periódicos sin ocuparse de planificar con anticipación el grave problema del abastecimiento de las unidades médicas, sin esperar que se agoten, como está sucediendo, pues en ello se va la salud y la vida de quienes deben ser atendidos por el Estado.

Es una elemental obligación de la administración en el Ministerio de Salud y en el IESS planificar con el tiempo suficiente el abastecimiento de medicinas e insumos médicos, pero antes de que lleguen a agotarse pues no es concebible poner en riesgo la salud y la vida de las personas a quienes tienen obligación de brindar atención eficiente y oportuna.

Es una cosa común que los altos funcionarios designados en estas áreas tan delicadas dejen en manos de los subalternos, de aquellos “mandos medios”, mediocres y corruptos, el que se encarguen de asuntos tan importantes como es evitar el agotamiento de medicinas e insumos. (O)