Los rostros del hambre

Ma. Isabel Cordero

Llega diciembre y con eso pululan niñas y niños en las calles pidiendo caridad; en sus rostros la esperanza de encontrar al buen Papá Noel o al Niño Jesús a que resuelva su día a día con algo para comer. Los transeúntes intentan lavar su conciencia y engañarla al mismo tiempo, soltando algunas monedas, otros llegan a dar concejos de sobrevivencia.

¿Dónde está el Estado protector y garante de derechos? ¿A quién se le reclama las horas y horas que un guagua pasa dormido en los brazos de su supuesto padre en algún semáforo o esquina? ¿Qué se le responde a una niña que, llorando cuenta, si no lleva diez dólares a casa recibirá una paliza?

Niñas y niños prestados, alquilados, robados, maltratados, abusados, explotados son los que están ahora mismo caminando a su lado, rogando atención y dinero. Son víctimas de la mafia que explota la mendicidad en el país; sin alternativa alguna, se mantienen en círculos de pobreza y marginación, a buena vista de las entidades responsables de proteger el “interés superior del niño”. (O)

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