Una exposición excepcional

Jorge Dávila Vázquez// RINCÓN DE CULTURA

Querido Manuel Tarqui: al iniciar estas palabras sobre tu hermosa y vasta exposición en el Museo Pumapungo, me complace decirte que todo lo que has hecho en tu vida artística es de mérito.

Has sido y eres el mejor paisajista contemporáneo, en una ciudad abundante en pintores de paisaje. Nadie, hoy, logra captar la esencia de nuestra Cuenca y sus alrededores como tú, con tanto sentido poético, capacidad de síntesis, maestría en el color y el trazo, y una humildad artística genuina y verdadera. Tú nos has dado siempre tu visión del entorno, con loable sencillez y técnica impecable.

Tu pintura abstracta ha sido también notable, pero en otro tono que la figurativa, sin embargo, nos ha emocionado enormemente. ¿Y qué decir de tu retratismo -ausente de la exposición-, que capta el alma del retratado, honda, auténticamente?

Todo tu arte se caracteriza por una formidable limpidez.

Y tus incontables talleres han descubierto el talento de muchos, con valentía, bravura y calidad, como solo puede ser revelado, sin egoísmos, por un verdadero maestro.

Gracias por esta muestra, que resume mucho de lo tuyo más íntimo, que es, al mismo tiempo nuestro y de todos tus conciudadanos que te admiramos. ¡Felicitaciones!

La muestra se plantea como un homenaje al aniversario de la Declaratoria de Cuenca como Patrimonio de la Humanidad, pero pienso que es un tributo al Maestro Manuel Tarqui, hombre cotidiano y familiar, que vuelca en sus cuadros toda la exquisita sensibilidad que lleva dentro y todo cuánto ha aprendido a lo largo del tiempo en el terreno de la técnica.

Frente a tus extraordinarias composiciones el espectador queda abismado; contempla las imágenes que le son familiares, y que en tus grandes formatos nos presentan una especie de precioso rompecabezas, en el que uno tiene que ir armando la realidad que sirvió de motivo de inspiración.

Es una magnífica exposición de arte, que juega con la imaginación del espectador, incluso cuando empleas elementos realistas, preciosamente velados, en algunos abstractos, frente a la enérgica pincelada y la usual riqueza cromática de los primeros planos, características de tu producción. ¡Congratulaciones a ti, y al Museo Pumapungo por este estupendo regalo para la vista y el corazón! (O)