Cuenca y Obras Públicas

Marco Carrión Calderón

Es inaudito e inconcebible que, aunque ya ha pasado más de medio año de la administración del actual gobierno, en Obras Públicas, estamos igual o peor que al comienzo. Esperábamos, confiados, en que por tener un ministro de nuestra región y ciudad las cosas, al fin, mejorarían y tendríamos una época de prosperidad y que habría esperanza de salir de la imponderable postergación a la que hemos vivido sometidos por todos los gobiernos.
Desgraciadamente ya estamos viendo, cada vez con mayor claridad, que no hay esperanza de que las cosas vayan a cambiar ni a mejorar. El titular de Obras Públicas parece muy cómodo con no hacer nada importante, ni para el país, peor para el Austro. No ha cambiado su modo de ser desde las épocas de la Alcaldía: un notable fracaso.
Recién ahora, después de que han pasado varios meses de la interrupción de la vía Cuenca- Molleturo-El Empalme, se anuncia la “posible realización de obras de remediación del daño”. Pero de una solución definitiva de los problemas eternos de esa vía que en la próxima época lluviosa volverá a dañarse, nada dicen ni el Ministro ni nadie de esa cartera.
Hace pocos días el Alcalde de Cuenca se ha dirigido mediante Oficio Público al Presidente Lasso pidiéndole una reunión de trabajo y señalando los puntos a tratarse en ella sobre una serie de tópicos, en especial referentes a Obras Públicas y vialidad en particular. Quizá el Presidente de la República, comprendiendo la incapacidad del Ministro, se empeñe, en forma personal y directa, en la programación de las obras necesarias para que la Región Austral pueda vislumbrar un mejor futuro y salir de la infame postergación en que seguimos viviendo. Como estamos actualmente dedicados a resolver, tardíamente, pequeños problemas en la medida en que se van presentando, no vamos a ninguna parte. (O)