Novedosa clasificación

Juan F. Castanier Muñoz

Con motivo de acontecimientos políticos recientes, ha salido a la luz la clasificación “actualizada” de lo que podrían llamarse “las huestes correistas”, porque, aunque no lo parezca, pero entre los que fungen de adalides de los procedimientos democráticos y progresistas, la lucha por escalar a posiciones visibles o estelares, es encarnizada. Que lo digan sino aquellas figuras que en un momento descollaron dentro del correismo y ahora son espectadores frustrados de un proceso podrido y sin pudores.

En el primer nivel, que está conformado por pocos miembros, se encuentran aquellos que disponen de los números telefónicos de Bélgica y México. Se conversan casi solo entre ellos. Están enterados de muchos de los entretelones de la década bailada y “pasan” la información a los de los niveles inferiores, filtrada y con cuentagotas. Generalmente hablan en clave. Es difícil ubicarlos y hablar con ellos. En el segundo nivel, que son más numerosos que en el primero, nadie dispone de los números telefónicos claves. Requieren autorización para asistir a los medios y sobre lo que van a decir. Tienen un cierto grado de visualización dentro de la opinión y tienen poquísima idea sobre los entremeses de la corrupción. Los del tercer nivel, que son los más numerosos, y se encuentran tanto en la dirigencia política provincial como nacional, y en buena parte de la bancada legislativa del correismo, prácticamente no tienen vela en el entierro. Solamente reciben órdenes y no tienen derecho a pedir explicaciones. Un buen porcentaje de estos “terceros” son invisibles en el espectro político y han recibido favores de la “cúpula”, por lo que no sería descabellado el llamarles el grupo de los “agradecidos”. Se sabe, de buena mano, que la falta de comunicación con la “elite” por parte de los niveles inferiores tiene descontento a más de uno.

Tendrán que esperar. Y el ejemplo de Ricardo Patiño viene al cuento cuando un despistado presentador mexicano lo ha llamado “héroe”, seguramente creyendo que los Pativideos y la Narcovalija son cuentos infantiles y que Patiño es su fecundo autor. ¡Ah, estos presentadores! (O)