Acierto ecológico

En las últimas décadas se ha dado un importante cambio en la actitud de los ciudadanos del mundo: la conciencia de la gravedad de la situación de nuestro planeta por el uso irresponsable de los avances tecnológicos. Salvo poco deseables excepciones, se considera que no son meras afirmaciones alarmistas de profetas del desastre, sino de un hecho real. Las medidas tomadas por los Estados para hacer frente a este problema son insuficientes. Hay un clamor general para mejorarlas. Las propuestas para salir adelante son abundantes, algunas realistas otras irrealizables, pero entre lo que se propone y se hace hay mucha distancia.

Hace pocos días, mediante decreto, el presidente Lasso decidió ampliar el área de cobertura de las islas Galápagos de 138 mil kilómetros cuadrados a 198 mil, es decir un incremento de 60 mil con el propósito de proteger de la pesca irresponsable de especies en peligro de extinción. Es claro que en buena medida beneficia a nuestro mar territorial, pero, considerando la ubicación del archipiélago, también protege a la de otros ubicados en el área de influencia, de allí el realismo de la afirmación de Lasso de los efectos regionales de esta decisión ya que, hasta cierto punto, las fronteras entre países son un obstáculo para superar problemas ecológicos carentes de fronteras.

La ceremonia se llevó a cabo en las islas encantadas con la asistencia del presidente de Colombia y de Bill Clinton ex presidente de los Estados Unidos, lo que demuestra el impacto transnacional de esta decisión. La de medida histórica considerar a Galápagos territorio ecuatoriano genera privilegios y problemas como la muy elevada afluencia turística por su atractivo en el primer caso y las responsabilidades y costos de mantener en un nivel elevado sus condiciones ecológicas de peso mundial testimoniadas por Darwin en su investigación para fundamentar la evolución de las especies.