Castillo niega un «gabinete en la sombra» en Perú y cuestiona a opositores

El presidente de Perú, Pedro Castillo, salió al frente de la crisis política que afronta su Gobierno para rechazar que exista un «gabinete en la sombra» y cuestionar a los opositores que piden su renuncia al señalar que «no quieren» que se dé prioridad «a las grandes demandas del país».

El gobernante participó este miércoles en una primera reunión oficial acompañado por el nuevo presidente del Consejo de Ministros, el jurista Aníbal Torres, que se celebró en el Palacio de Gobierno de Lima con los gobernadores regionales del país.

En ese encuentro, Castillo aseguró que una de las prioridades de la gestión de Torres, quien juró al cargo durante la noche del martes, será atender las demandas de las regiones, pero también dijo que él llegó al Gobierno con el propósito de «servir al país».

Rechazó, en ese sentido, que existan «instancias paralelas» al gabinete de ministros, tal como señalaron personajes que han renunciado al Ejecutivo, como el exsecretario presidencial Carlos Jaico, quien la semana pasada habló de un «gabinete en la sombra».

«Lo rechazo rotundamente. Han dicho que queremos cerrar el Congreso para quedarnos en el poder, cosas así vienen del lado de quienes no tienen las preocupaciones de un gobernador frente a su pueblo y no quieren que se prioricen las grandes demandas del país», enfatizó el mandatario.

Castillo intentó aliviar la crisis política que afronta su Gobierno con la designación del gabinete de ministros presidido por Torres, el cuarto en poco más de seis meses de gestión, mientras la oposición suma cada vez más voces a favor de su renuncia.

Torres, quien era ministro de Justicia y Derechos Humanos, reemplazó en el cargo al congresista Héctor Valer, quien dimitió el sábado, solo cuatro días después de asumir el cargo presionado por las numerosas denuncias de violencia familiar en su contra.

En una rueda de prensa posterior a la primera sesión del nuevo gabinete ministerial, Torres reafirmó el compromiso del Gobierno de Castillo en su lucha contra la inseguridad ciudadana, el proceso de vacunación contra la covid-19, la segunda reforma agraria y el retorno a las clases presenciales.

El flamante primer ministro insistió, sobre todo, en que su política es «de libre mercado, pero con participación del Estado para controlar los monopolios, los oligopolios y posiciones dominantes» y rechazó así que el Ejecutivo pueda ser calificado de comunista.

Durante el encuentro con los gobernadores, Castillo también aseguró que entre las prioridades del nuevo gabinete, que debe presentar en las próximas semanas su política de Gobierno ante el Congreso, estará el impulso del desarrollo de las regiones y de la descentralización del país.

Añadió que la designación de Torres «profundizará» la lucha contra la inseguridad ciudadana y pidió a los gobernadores establecer una metodología de trabajo conjunto para «romper con el centralismo» que existe en la administración pública de su país.

El crispado escenario político que enfrenta Perú desde hace más de una semana llevó a la oposición política, que domina el Congreso, y a algunos medios de comunicación a lanzar pedidos para que Castillo deje el cargo, a los se sumó el defensor del pueblo, Walter Gutiérrez, quien «invitó» al gobernante «a que renuncie».

Tras el nombramiento del gabinete de Torres, el Partido Morado, hasta hace poco simpatizante del régimen de Castillo, es el único que ha emitido un pronunciamiento oficial, en el que ya adelantó que no dará el voto de confianza al nuevo equipo ministerial y exhortó al presidente a «reflexionar su renuncia al cargo» al considerar que «en seis meses de gobierno ha perdido por cuarta vez la oportunidad de enmendar el rumbo de su gestión».

Pero esa dimisión parece ser aún una posibilidad lejana, ya que el propio mandatario aseguró el lunes que su compromiso sigue «firme» y «con más fuerza que nunca hasta el 28 de julio de 2026», cuando debe terminar su mandato.

Las primeras reacciones ante el nuevo gabinete se concentraron en criticar la designación como ministro de Salud del cirujano Hernán Condori, al que se vincula con Vladimir Cerrón, fundador del partido marxista Perú Libre, con el que Castillo ganó las elecciones.

A estas críticas también se sumó la Defensoría del Pueblo, que lamentó que Castillo haya designado «a una persona investigada» por la Fiscalía Anticorrupción «sin experiencia destacada en salud pública» y que «avala el uso de productos sin respaldo científico».

El organismo sostuvo que «para afrontar la emergencia sanitaria y evitar más muertes por covid-19, urge» que el Ministerio de Salud «esté a cargo de una persona idónea para esa función» y dijo que el Congreso, que domina la oposición política, «debe evitar que se produzca un debilitamiento del Minsa y de la campaña de vacunación» por la epidemia.

Esta posición fue respaldada por un grupo de científicos peruanos que manifestó, en un comunicado, su «preocupación y rechazo» a la designación de Condori y exigió al Ejecutivo que «se nombren responsables que promuevan políticas basadas en evidencias científicas», ya que acusó al nuevo ministro de estar a favor del uso de productos como el cluster X2, un supuesto suplemento hidratante natural. EFE