Temporalidad del aborto

Edgar Pesántez Torres

Ojalá que por esta cuartilla no sea juzgado por violencia de género, porque más bien honro a la mujer por deberla todo lo que soy y le tributo amor infinito. Por ella misma no me eximiré de apoyarla incondicionalmente, eso sí deplorando las estupideces que se dicen en su torno y que van inseparablemente unidas a la concepción del lenguaje de la ideología de género, cuyos fundamentalistas hacen tabula rasa del idioma hablado por quinientos cincuenta millones en el mundo. Pruebas al canto:

Escuché a una asambleísta decir que está insatisfecha por la separación de su colega de la Asamblea, quien en un tuit la insinuó: “Por pasar del tubo a la curul, surgen estas ‘argucias torpes’”. Las respuestas de la Mónica Palacios a un entrevistador me causaron embeleso, no tanto por su deseo de demandar penalmente al Diego Ordóñez, a quien lo tildó de misógino, machista, pendenciero, practicante de violencia política y de género, cuanto por sus paparruchadas ideológicas.

Antes quiero recordar que el aborto más que la “interrupción” del embarazo por medicinas o cirugía para retirar el embrión o el feto y la placenta del útero, es la muerte del concebido. La “interrupción” es el cese transitorio de una actividad para su pronta reanudación; el aborto es un hecho definitivo e irreversible.

Cuando el periodista pasó del “tubo” al aborto, la asambleísta respondió que éste ha sido aprobado por la CC y que ahora solo se discutirá sobre la temporalidad, es decir, en qué tiempo gestacional se mataría al producto. Insistida cuál tiempo pertinente, con supina desfachatez e ignorancia, señaló los 4 meses o las 18 semanas. “En todo caso votaré con lo que diga la mayoría”, dijo.

Acotó que el mejor momento sería cuando más saludable sea para la madre y el niño. ¿En qué momento es de mejor salud para la madre y muerte para el niño? Aquí la razón del porqué el presidente Correa en su tiempo puso bozales a algunas, pues le colmaron cuando una de estas pidió que se introdujera un artículo que permita a la mujer el “derecho a la repetición”, mientras otras solicitaban el aborto indiscriminado.

El tema es demasiado serio para decidir al azar, debe ser abordado por gente sabia, preparada científica, cultural y socialmente, no por cualquier pánfilo (a) que convenga asesinar en el tiempo que escoja la mayoría. Además el pueblo debe decidir, no unos cuantos turiferarios y gaznápiros. (O)