Marca Ciudad

Ana Abad R.

Las autoridades locales sostienen que tener una “marca ciudad” asegurará el desarrollo económico de Cuenca y mejorará su “posición y reconocimiento a nivel nacional e internacional” gracias a la ordenanza aprobada por el Concejo Cantonal para que “los actores implicados en la gestión del territorio actúen de manera coherente con la identidad del mismo”. Pensar que el marketing solventará la falta de liderazgo o la actitud pusilánime frente al Gobierno en defensa de nuestros derechos naturales, económicos, políticos y culturales es una ingenuidad política más, de una desacertada y penosa administración municipal. Proponer una “marca ciudad” –más allá de la superficialidad con pretenden manejar los símbolos– es inadmisible cuando la ciudadanía exige su inmediata y firme actuación ante la invasión minera en Quimsacocha o demanda ser escuchada en temas sustanciales como el PDOT y los PUGS o cuando Cuenca es la ciudad más cara del país con serias inequidades sociales como si no fuera suficiente ser Patrimonio Cultural de la Humanidad, Centro Artesanal de excelencia, tener la más alta cobertura de servicios básicos del país y gestión eficiente de residuos sólidos, a más de sus múltiples distinciones nacionales e internacionales. ¿Marca ciudad en tiempos preelectorales? ¿Marca ciudad cuando hay amenazas latentes contra la vida? (O)