Geopolítica

Tito Astudillo Sarmiento

Rusia y Ucrania son ramas del mismo tronco, pueblos eslavos que crecieron su propio camino y que, en el andar del tiempo desarrollaron su lengua y cultura. El conflicto entre Rusia y Ucrania no es nuevo y se remonta en el tiempo mucho más allá de la misma conformación del bloque soviético y su consabida separación; así, a la disolución de la Unión Soviética le suceden los estados de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, pero Moscú siempre ha intentado mantener el liderazgo y representación del conjunto soviético.

Mediante el gran tratado de 1997, Moscú reconoce las fronteras de Ucranía y una tensa paz envuelve la reconversión económica e integración del mundo soviético en la lógica y dinámica del capitalismo global.

El conflicto recrudece con los intentos de Ucrania por integrarse, de manera soberana e independiente en la geopolítica mundial; primero en 2008, cuando Ucrania intenta integrarse a la OTAN; posteriormente, desde 2010, Ucrania negocia el llamado Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, lo que desató la presión de Moscú sobre Kiev y provocó, en 2013 la suspensión del mismo.

En 2014 nace el llamado Acuerdo de Normandía que, bajo la mediación de Francia y Alemania consigue un acuerdo entre Rusia y Ucrania, ratificado, luego de varios tropiezos y enfrentamientos periféricos, con el armisticio de Minsk.

Desde entonces la guerra de trincheras enfrenta en el territorio ucraniano a las fuerzas oficiales con las fuerzas separatistas que, de acuerdo con Kiev, son aupadas desde Moscú.

Rusia ataca Ucrania, la geopolítica mundial se redibuja en un lento proceso de reconversión, Estados Unidos, junto a su natural aliado en el trajín de la historia, Europa occidental, condenan el ataque y advierten a Moscú las consecuencias del mismo; China no censura, por el contrario, considera legítimas las preocupaciones del pueblo ruso por la ampliación de la OTAN. (O)