Si quieres paz, alista la guerra

Roberto Vivar Reinoso

Esta realidad nacida en el antiguo imperio romano, jamás perdió vigencia. Lo que gasta el mundo en armarse podría de sobra erradicar la pobreza. Y eso hablando sólo de la actualidad, no de la historia de siglos en confrontaciones bélicas. Por ejemplo, casi un décimo de la deuda pública norteamericana, que alcanza 32 billones de dólares, ha sido destinado a la defensa. Similar porcentaje en Rusia, Inglaterra, China, Alemania, Francia y en general la mayoría de naciones, guardando lógicamente la distancia de tamaño económico, social, poblacional.

Matar, destruir, imponerse, equilibrar poderío, son los objetivos supremos y a largo plazo del armamentismo; hay otros más inmediatos: mostrar capacidad defensiva, luchar contra enemigos no castrenses caso del narcotráfico, migración ilegal, contrabando, delincuencia. Habiéndose agravado últimamente estos problemas, Ecuador por ejemplo debió fortalecer su capacidad de ataque y defensa, incluyendo una ley específica para el uso progresivo de la fuerza.

Tras dos conflictos bélicos universales y permanentes confrontaciones regionales, asistimos ahora al pulso entre la Unión Soviética y la OTAN, liderada por Estados Unidos. Ojalá prime la diplomacia; caso contrario están listas 16 mil cabezas nucleares a órdenes del Kremlin, cuyo premier destacó que prepara “armas inusuales” y “capacidades cibernéticas”, a los cuales se unirán las flotas aéreas, marítimas y terrestres. Mientras que el reconocimiento realizado por Vladimir Putin, como repúblicas soberanas a las dos separatistas de Ucrania, fue calificado como “genial” por el expresidente norteamericano Donald Trump.

Clima conflictivo cuyas consecuencias inmediatas a nivel global ya sentimos, incluyendo la ampliación de la brecha entre Oriente y Occidente. (O)