Un baño de humildad

Eduardo Sánchez Sánchez

Los cambios que hemos mirado a lo largo de nuestra existencia son  increíbles,  somos afortunados por haber existido entre el siglo XX y el XXI. Esto nos permitió testimoniar tanto cambio que no tuvimos tiempo para valorar  la vida y al mismo tiempo el distanciamiento que resultó entre los humanos y la naturaleza. Presenciamos la llegada de la telefonía, el uso de los telegramas, nos acordamos de los pocos vehículos, de los radio receptores de tubos y luego los transistores, la llegada de los televisores en blanco y negro, los cambios en la modas, la cascada de artistas y géneros musicales. La sustitución de la máquina de escribir (inventada por el italiano Pellegrino Turri en 1808    por el ordenador de una computadora. De la música en vivo a reproductores como vitrolas, discos de carbón, los acetatos de vinilo, CDs. etc, hasta las memorias USB. El moderno internet nos lleva por doquier, nos trae la información que buscamos, libros, música, ciencias, noticias, información falsa y hasta delincuencia cibernética.

Un día nos llegó el consumismo, desaparecieron los zapateros de barrio y no era necesario esforzarse por habilidades para el mantenimiento de los autos, simplemente pieza nueva y viva la obsolescencia, nos desconocimos con la vecindad, crece la delincuencia y los noticiarios están saturados de turbulencia, miseria humana, sicariato y los restos mortales de lo que fue la moral, las buenas costumbres, el respeto, la ética, la moral, el temor de Dios, etc.

La pandemia de la Covid modificó casi todo, se generó muerte, desempleo, miseria, hambre, dolor, angustia y cuando creíamos ver la luz al final del túnel, se presentó lo que Carl von Clausewitz (militar prusiano) citó: “la guerra es la continuación de la política por otros medios, es decir los militares deben supeditarse a los objetivos de sus gobiernos”. Nos hace falta un baño de humildad. (O)