Para escapar de la ciudad, para salir de la cotidianidad, para andar entre troncos, aguas cristalinas y pendientes, para mirar las estrellas en noches despejadas: así se concibió El Sendero, un paradero turístico ubicado en el Cajas.
Hace un año, Juan Diego Proaño abrió las puertas de un espacio que había sido soñado por mucho tiempo. El cuencano buscaba un lugar en donde la gente puede guarecerse de la emergencia sanitaria.
Fue entonces que preparó un sitio que empezó con un restaurante que ofertara la comida típica del Cajas, luego continuó con la adecuación de un sendero (por ello el nombre del paradero turístico).
La idea era que la gente camine entre un bosque, cruce puentes, mira y palpe el agua helada que viene del páramo y que sigue su cauce hacia la parte baja; el objetivo era que los caminantes puedan vivir la experiencia de andar entre la frondosidad del bosque y dejar atrás, por un momento, la presión del día a día.
Y, todo ello, con mucho esfuerzo y el apoyo de gente nativa del Cajas, lo logró. Aun así, para Proaño, faltaba algo más. Junto a la idea del sendero y del restaurante, había otra rondando: un “glamping” en medio de la naturaleza.
En el último lustro, en todo el mundo se ha hecho famoso el término glamping, que viene a ser como acampar al aire libre con las condiciones que ofrece un hotel de lujo.
Juan ya había visto cómo en Europa se levantaban domos en medio de bosques, y adentro se instauraba una habitación con todas las comodidades que solo un espacio, por ejemplo, de cinco estrellas puede ofrecer.
“Yo veía cómo en otros lugares se construían los domos para ofrecer este glamour mientras acampabas, y mi sueño era ofrecer eso en el Cajas”, dijo Juan.
Seis meses después de haberse abierto El Sendero, se empezó a trabajar en lo que sería el “Glamping Nómada”, y, para finales del 2021, los domos estuvieron listos para recibir al público.
Descansar
Un piso de madera que brilla, una cama grande para descansar, una salita junto a la ventana desde donde se puede observar el bosque y las estrellas, y hasta una guitarra para quienes saben entonarla, todo esto acompañado de vino y comida, es lo que se encuentran dentro de los domos del Glamping Nómada.
Desde su apertura, docenas de personas han pasado por los domos. Para Luis Chimborazo, un muchachito de 18 años que trabaja en El Sendero, la aceptación se debió a la acogida que entrega ese pedacito del Cajas.
Estando allí, es como si la naturaleza abrazara a quienes llegan a buscar un espacio que les haga olvidar del trajín de la ciudad o de la vida misma.
“Las personas llegan acá y se olvidan de todo. La experiencia de caminar, de ver las cascaditas que tenemos, de poder mirar al cielo despejado, de quedarse en uno de nuestros domos es distinta. No se puede vivir en otro lugar”, dijo Luis, quien creció en el frío del Cajas, y ahora trabaja junto a Juan.
El objetivo de Luis también es que las gentes que arriben hasta El Sendero no quieran salir de allí, que no se sientan en un hotel con forma de domo de cinco estrellas, sino de cientos, de mil, porque si el clima lo permite, arriba se ven miles de puntitos brillando, y eso es de un valor Fotos: invaluable.
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El Sendero y Nómada” su se encuentra en el kilómetro 19,5 de la vía CuencaMolleturo.
a encuentran Los domos que en el se paradero turístico son los primeros de su tipo que se construyeron en el Cajas.
a riencia Para completa vivir la expe hay varios paquetes que incluyen la alimentación y los recorridos por el lugar.
(AWM)-(I)