Presencia permanente

Jorge Dávila Vázquez// RINCÓN DE CULTURA

Si hay un pintor cuencano con permanente presencia en exposiciones y medios nacionales y de fuera, ese es Jorge Chalco, que ha publicado, sin duda el mayor número de libros sobre su caudalosa obra, y que ha sido motivo de infinidad de artículos en revistas y periódicos.

He estado muy ligado a su trabajo desde hace muchos años, y lo conozco bastante bien.

Chalco experimenta en todas las técnicas y su trabajo ha pasado por gran cantidad de tendencias: realismo, realismo mágico, expresionismo, vecindades del abstracto y, en los últimos años, un soberbio realismo selvático, que ha incorporado a sus obras la visión de lo amazónico, su grandeza, su concepción de lo que podríamos considerar un hermanamiento entre la naturaleza y lo corporal humano, tanto en formas definidas como en sensualidades insinuadas.

Alguna vez hablé de su “descubrimiento de la Amazonía”, en estos términos: “Cuadros inmensos, llenos de esa vegetación sensual, feraz, riquísima de color, de esa composición vigorosa, que estuvo presente en los períodos precedentes, y  que bien podríamos definirla como abigarrada, y en ellos, todos los elementos que pueblan la imaginación, el sueño, la capacidad figurativa y evocativa del gran artista, maduro, pletórico de oficio y de saberes, llenando los lienzos con sus mezclas alquímicas de óleo y acrílico, fascinándonos con esas realizaciones formidables, en que percibimos y casi palpamos la exuberancia de la jungla”.

No sabemos hasta cuándo, pero Chalco está muy involucrado con la belleza y sensualidad de lo selvático, y la evocación de lo humano en esos medios poderosos y de infinita riqueza figurativa y cromática.

Pienso que en las tendencias dentro de las que trabajan los artistas, hay como una revelación, que ilumina parte de su creación y el aprecio de sus públicos. Entre nuestro artista y quienes admiran su obra hay, sin duda, una especie de honda comunión, por eso, escribía yo hace unos años: “El espectador se sentirá fascinado con estos mundos selváticos de Chalco. Su visita a ellos, significará, de algún modo, una forma de soñar al unísono con el pintor, de dejarse llevar por sus pinceles encantados, en busca del verdadero y hondo secreto del arte, la vida, la jungla y sus misteriosos habitantes”. (O)