Un padre castigador

Ma. Isabel Cordero

El Día de la Mujer cobró fuerza en el país con movilizaciones en casi todas las ciudades; lamentablemente, en Quito y Guayaquil hubo actos represivos por parte de la policía nacional. Mujeres recibieron amenazas, golpes y  bombas lacrimógenas.

Desde el feminismo, sabemos que los actos de represión que implementa el aparataje estatal en contra de las mujeres cuando usamos el espacio público, se asimila a la figura del padre castigador que busca el control de sus hijas, nos dice: esto lo tienes por andar sola en la calle, por andar con el pecho al aire, por rebelde, soberbia y reclamar lo que no debes, por dañar nuestro patrimonio, porque las paredes se cuidan más que tu cuerpo.

El 8M se tiñó de mensajes  contra mujeres que ocupan cargos públicos; ataques cibernéticos a  organizaciones y activistas, comentarios misóginos y, lo peor, la comercialización y el banalismo, de un día que reivindicaba los derechos laborales de las mujeres. Aún nos queda mucho por comprender, sobre todo, al Estado y su complejo de represor. (O)

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