El odio entre Argentina e Inglaterra

DE HISTORIA EN HISTORIA Bridget Gibbs Andrade

Esta historia empieza en 1966, cuando los ingleses organizan su mundial. Siendo los creadores del fútbol, se sienten obligados a ganarlo. Pero el destino quiso que se encontraran con Argentina creando una rivalidad inmarcesible. El tenor del mundial fue no perjudicar a Inglaterra, pero era muy descarada, y ese día todo explotó. El árbitro alemán Kreitlen solo sancionaba las faltas argentinas, los ingleses aprovecharon eso y, al minuto 36, el árbitro marcó una falta del capitán argentino Rattin, reclamándole este al árbitro, expulsándolo, sin entender qué sucedía por no haber aún tarjetas en aquel mundial.  

El partido se detuvo. Rattin pedía un intérprete. Al escucharlo, estalló. El público gritaba ¡animals!  Rattin, al salir del campo de juego, tomó una bandera inglesa y la arrugó. El estadio estaba enardecido. Al terminar el partido, el técnico argentino corrió al campo a gritar de todo al juez; y el inglés, furioso, para evitar que los suyos intercambiaran camisetas con los gauchos.

En el mundial de México 86, el destino intervino nuevamente enfrentando a Argentina e Inglaterra. Maradona metió dos goles: uno con la mano que vio todo el mundo, menos el árbitro, y otro cuando barrió a medio equipo inglés anotando el gol del siglo. Al terminar el partido, el técnico inglés declaró con la ceremoniosa flema británica: el primero que nos metió, fue con trampa; pero el segundo, valió por dos.

En 1998, ambos países se volvieron a enfrentar en Francia. Beckham, que tuvo un duelo con Simeone al que pateó después de una falta, fue expulsado. El partido terminó 2-2 y fueron a penales ganando Argentina. Los diarios lo destrozaron: “Diez leones y un muchacho estúpido”. Deprimido, pensó en retirarse del futbol. Pero cuatro años después, se enteró que Argentina sería rival de Inglaterra en el mundial Corea-Japón, 2002. Beckham llegaba dispuesto a vengarse de los argentinos cuando sufrió una lesión unas semanas antes del mundial. Corrió con tan buena suerte, que el médico pronosticó que estaría listo para jugar justo para el campeonato.

David jugó, pero no estaba al 100%. Al minuto 44, el árbitro marcó penal a favor de Inglaterra y él pidió cobrar el tiro. Anotó el único gol del partido que, a la postre, eliminó a Argentina del mundial, regresando los gauchos con el ego herido y la cabeza gacha. (O)