Congelados en la historia

Hernán Abad Rodas

Una de las mayores cualidades de un buen líder debe ser la humildad y el sentido común. Un dirigente no sólo debe tener la consciencia de que no lo sabe todo, sino abrirse en todo momento a los asesoramientos informados y científicos, pero cuidándose de no ser títere de nadie.

Alguien dogmático, arrogante, pusilánime, fantasioso u oportunista jamás será un competente conductor de un pueblo. Un buen líder sabe que cada uno de sus actos son replicables en la coyuntura o en el futuro.

Las actividades políticas de la C0NAIE especialmente de su presidente, muestran un desenfoque respecto de las necesidades de las comunidades que integran esta organización y que realmente tienen.

La oposición a casi todo lo que provenga del actual gobierno, no es más que una lucha política de los líderes, para posesionar su convocatoria y fuerza social, y demostrar que son un grupo de personas capaces de someter y hasta botar gobiernos.

Insumos agrícolas a costos bajos, créditos con baja tasa de interés y plazos amplios, accesos a mercados de manera más directa y una asociación comunitaria con el sector privado para generar escala de producción y distribución. Incluso pensar en mercados internacionales. Son propuestas para analizar

La pregunta es, ¿por qué no están los líderes y sus comunidades procurando de este o de cualquier otro gobierno acciones en ésta dirección?. La triste realidad es que tienen una organización que los desvía de su pensamiento, discurso y decisiones.

En mi criterio, la CONAIE y su brazo político Pachakutik son un club de algunos vivos, disfrazados de organización democrática, qué a través de la coerción, multas y promesas obligan a su gente a pelear por causas que están muy lejos de lo que les beneficia. Líderes de otro talante, con esquemas democráticos de verdad, son deseables en esta organización; líderes que permitan y conlleven el progreso de su gente, con planes de mediano y largo plazo apuntando a un desarrollo sostenido.

Si continúan los dirigentes indígenas y sus fieles apóstoles culpando de la pobreza y subdesarrollo en el que viven cobijados al “IMPERIO”, o a alguien más, cuando realmente la misma, es causa de su propia gestión e incapacidad de desarrollarse; seguirán CONGELADOS EN LA HISTORIA y entrampados en modelos fracasados que sus líderes utilizan para permanecer en la dirigencia y obtener lo que ellos quieren.

El mundo de los crucificados no es un lugar excepcional o esotérico…es un mundo donde millones de seres humanos mueren de la lenta crucifixión, que les produce el hambre, la miseria, el desempleo; y los vendedores de falsas ilusiones. (O)