Hologramas y videojuegos se suman al arsenal electoral francés

La lucha por la Presidencia francesa en las elecciones de abril amplía su abanico de recursos y, más allá de los tradicionales mítines presenciales, recurre a hologramas y videojuegos en un intento de diferenciación.

El ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, ya era conocido por multiplicar su presencia a través de réplicas virtuales y este martes redobla sus esfuerzos con doce mítines simultáneos, once de ellos gracias a las nuevas tecnologías.

El candidato, tercero en las intenciones de voto en la primera vuelta del 10 de abril (15,5 %), por detrás del presidente, Emmanuel Macron (27 %) y de la ultraderechista Marine Le Pen (23 %), según un sondeo Ifop, hablará desde el Grand Palais de Lille, en el norte del país.

Al mismo tiempo, su holograma aparecerá en directo en Albertville, Besançon, Le Havre, Metz, Montluçon, Narbonne, Niza, Pau, Poitiers, Trappes y Vannes.

Su responsable de actos de campaña, Bastien Lachaud, ha explicado a la prensa que el objetivo es cubrir al máximo todo el territorio nacional, y por eso las ciudades no han sido elegidas al azar: cada francés debe estar a menos de 250 kilómetros de uno de esos encuentros.

Mélenchon ya había utilizado hologramas en su campaña de 2017, en la que salió victorioso ante el liberal Macron, y en su equipo aseguran haber mejorado el dispositivo para que el resultado sea «todavía más impresionante».

En esta campaña, ya habían empleado proyecciones en muros e incluso la diseminación de aromas.

Para animar a los indecisos, en La Francia Insumisa se ha creado también un holograma «de bolsillo» para redes sociales como Snapchat e Instagram.

El candidato surge en la pantalla del móvil, con el fondo que se elija, e insta a la gente a votar: «Si no votáis, otros decidirán por vosotros sobre temas que os incumben. Votad, votad, votad», insiste.

En una campaña prácticamente desapercibida por la pandemia primero y la irrupción de la guerra en Ucrania después, los aspirantes al Elíseo también han recurrido a los videojuegos para llegar a los electores más jóvenes.

Entre ellos, el actual inquilino de la Presidencia gala, que ha sumado fuerzas con Minecraft. Ese espacio virtual muestra su cuartel general o la sala de un mitin, con sus carteles electorales y otros lugares, como un hospital o una escuela, que facilitan información sobre el balance de su quinquenio.

No siempre los candidatos son los que están detrás del recurso a las nuevas tecnologías. Un seguidor del ultraderechista Éric Zemmour lanzó en marzo «Le Z», un videojuego que invitaba a los internautas a destruir las ideas que no les parecieran patriotas.

Para hablar a los menores de 35 años hay aspirantes que también se han apoyado en la plataforma de retransmisiones en directo Twitch.

Mélenchon vuelve a ser alumno aventajado con su emisión «Allo Mélenchon», en la que habla con otros «streamers», mientras que el equipo del ecologista Yannick Jadot, con apenas un 4,5 % de intenciones de voto según el sondeo Ifop de este lunes, ofrece una serie de programas, como si fuera una cadena de televisión.

«Las elecciones se juegan en buena parte en las redes y en las redes no solo hay jóvenes. Estas innovaciones permiten llegar a un público amplio, aunque los más jóvenes sean los más sensibles a ellas», explica a Efe Maëva Ortega, responsable de marketing de la aplicación FlipNpik, que promueve el comercio local.

Las nuevas tecnologías, en su opinión, son un golpe de imagen con el que alcanzar a comunidades fuera del radar de los medios tradicionales, pero han llegado para quedarse en el lenguaje político: «Su uso evolucionará al mismo tiempo que las redes sociales», concluye la experta. EFE