Factores que alejan a los jóvenes de las zonas rurales de la educación superior

En las zonas rurales, como en Victoria de Portete, se necesitan mejores condiciones para que jóvenes ingresen a la universidad. Xavier Caivinagua/El Mercurio

La lejanía entre lo urbano y lo rural, los puntajes que no alcanzan para obtener un cupo y los recursos educativos insuficientes son algunos de los elementos que alejan a los jóvenes de las zonas rurales de la provincia del Azuay de los estudios superiores.

Basta con llegar a las comunidades o a las parroquias rurales más alejadas de las ciudades para conocer la realidad de los jóvenes que, una vez que terminan el colegio, si no lograron ingresar a la universidad pública, buscan una oportunidad laboral que, a veces, tampoco hay.

Por ejemplo, en la parroquia Victoria del Portete se sabe de esa realidad compleja que está compuesta de los factores mencionados al principio.

“El acceso a la educación para los estudiantes de las zonas rurales sí es un poquito más complicado y con menor posibilidades. Desde la preparación por falta de espacios adecuados, la lejanía, la falta de transporte y la falta de recursos económicos son determinantes”, opinó Jorge Riera, rector de la Unidad Educativa del Milenio de Victoria del Portete.

En el caso de la institución que lidera Riera, ante un nuevo proceso de admisión para los bachilleres que se llevará a cabo entre julio y agosto de este año, los docentes se han organizado para preparar a los estudiantes, con el afán de que obtengan el puntaje que les permita ingresar a una institución superior.

“Tenemos una materia de razonamiento. Los profes nos están preparando para dar la prueba de la Senescyt. Esperamos con eso poder rendir bien cuando nos toque la prueba”, dijo Diana Saquipai, estudiante de tercero de Bachillerato.

Al igual que Diana, Marco Guamán, otro estudiante de Bachillerato de Victoria de Portete, tienen cierto temor de no obtener una calificación que les permita acceder a la universidad.

“Sí hay un poquito de miedo de no poder ingresar, de no poder alcanzar los puntos necesarios para entrar a la universidad. Pero nos estamos preparando”, dijo Marco.

Sin datos actualizados

En Ecuador no hay datos públicos actualizados de cuántos jóvenes de los sectores rurales logran ingresar a las universidades e institutos, a excepción de la Universidad de Cuenca, que levantó la información sobre las postulaciones en el último proceso de admisión que se llevó a cabo en el segundo periodo de 2021.

De acuerdo a su estudio, 9.106 personas de la zona urbana y 8.640 de la zona rural de la provincia del Azuay postularon por un cupo en la Universidad de Cuenca. De esos datos, 2.410 bachilleres de la zona urbana obtuvieron un cupo, frente a los 334 de la zona rural azuaya.

Tampoco hay información actualizada en relación a los puntajes que obtienen los jóvenes en las pruebas de admisión que lleva la Senescyt.

Los últimos datos que se obtuvieron fueron a través del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL), que en el 2018 publicó los resultados educativos analizados entre el 2017 y 2018.

En aquel informe extenso se analizaron las calificaciones que obtuvieron los aspirantes que todavía estaban en el último año de secundaria de las zonas urbanas y rurales del Ecuador, en el examen Ser Bachiller (hoy Transformar).

Según la publicación, en términos generales no existía una diferencia considerable entre el promedio de los puntajes que, en zona urbana fueron de 710 y en la zona rural fueron de 699.

Posibles salidas

El año pasado, la Universidad de Cuenca y el Instituto del Azuay se plantearon trabajar en conjunto para mermar la brecha educativa entre lo urbano y lo rural.

Una de las propuestas que surgió, y que fue tomando forma, era crear carreras tecnológicas pensadas exclusivamente en el sector rural.

La idea era que los jóvenes estudiaran entre semana a través de la virtualidad en sus propias comunidades, y solo un día se trasladaran a Cuenca para llevar a cabo las materias prácticas.

Sin embargo, el proyecto no ha podido avanzar porque no se puede sectorizar el proceso de admisión solo para zonas rurales, por ejemplo.  

“No podemos direccionar de una manera directa al sector rural porque Senescyt no permite que los cupos se asignen en función del territorio… quien tiene que abrir esta salida es la Senecyt”, explicó a El Mercurio Marcelo Aguilera, rector del Instituto del Azuay.

Para Aguilera, sin problema se pueden crear las carreras híbridas para dar facilidades a los estudiantes, pero, si los cupos para esa oferta académica siguen obteniendo los estudiantes del sector urbano, no se cumple con el objetivo de acortar la brecha educativa.

Contrario a lo que sucede en el sector público, que tiene las posibles salidas para ayudar a los jóvenes de las zonas rurales, y que, sin embargo, está limitado por otros organismos estatales, en el sector privado se está probando ya la propuesta de sectorizar los cupos a través de becas.

Un ejemplo de ello es la Universidad del Azuay (UDA), por medio de sus carreras tecnológicas que fueron creadas pensando en los sectores rurales. Como parte de esa propuesta surgió un programa de becas que es exclusivamente para los habitantes de Baños, Chaucha y San Joaquín.

En una entrevista que concedió a diario El Mercurio en marzo, el rector de la UDA, Francisco Salgado, explicó que las razones de crear esas carreras preferenciales se debían a que el sector rural es parte del grupo menos favorecido porque la educación superior no llega a esas zonas.

Cursos

Mientras se busca una salida para sectorizar las carreras y los cupos para los jóvenes, la Universidad de Cuenca, el 13 de abril, presentará un proyecto con el que se dictarán cursos para que estudiantes y bachilleres de los sectores rurales se preparen para rendir el test Transformar en los próximos meses.

Con ello, se espera que los aspirantes de las zonas rurales tengan más oportunidades de obtener un cupo en las universidades e institutos públicos. (I)