¡Ahora van por Honduras!

Gerardo Maldonado Zeas

Un prepotente Manuel Zelaya, fanático del foro de Sao Paulo, expresidente defenestrado de Honduras, como esposo y asesor, es quien maneja el poder encomendado a la actual mandataria Xiomara Castro. A pesar de todo, los reclamos de los actores sociales son tibios, y van a esperar al menos 100 días para evaluar la gestión de la presidenta, sin fanatismos, evitando el machismo; y, respetando la condición del discurso humano de reconciliación que fue su argumento central de campaña.

Un pueblo polarizado en todos los aspectos vio como al expresidente Juan Orlando Hernández, le llevaban detenido, en un operativo conjunto de la policía nacional hondureña, la Administración de Control de Drogas (DEA) y otras agencias de EE. UU. Una sociedad decaída moralmente, por ahora, no desea golpear aun más la estructura del estado, sus instituciones, órganos de control, tratando de robustecer los evidentes estertores de una democracia en agonía. Pero pide acciones.

Un gobierno a cuya administración han llegado los de las “bases” con poses de jefecitos y elevado sectarismo. Fallas de grueso calibre han cometido, al permitir que funcionarios poco calificados menosprecien a valiosos profesionales, y se cayeron de bruces al invitar, con bombos y platillos, al prófugo Rafael Correa Delgado a que les asesore. Una grave provocación.

El efecto se sintió de inmediato. El matrimonio Castro-Zelaya, en vez de pacificar y unir al país, logró que la oposición y sectores independientes se activen, generando una división irreparable. Correa, llegó con la pinta de un sobrado, de un poderoso de pacotilla que se ríe de la justicia ecuatoriana y alaba a la corrupta Interpol; en sus declaraciones, ya atacó a la libertad de expresión, “golpeó” a sus opositores, y remató, grabando un video para las redes sociales, en el cual, a propósito de su cumpleaños, con su voz chillona cantó el mariachi “El Rey” acompañado de un trio de lagarteros.

En los espacios de opinión, califican a Correa de “cohete quemado”, irrespetuoso por sus “desbordes orales”, los “consejos” para mantener el poder, y la propuesta de manejo de la economía “fuera de la realidad coyuntural del país”. En pocos días, se ha ganado el desprecio de los ciudadanos honrados, que ya vivieron la época del fracasado modelo que pregona. ¿También con Honduras? …ya no por favor. (O)