Objeción de conciencia

Edgar Pesántez Torres

Las culturas no sólo son espacios de literatura y bellas artes, son también el conjunto de valores, conocimientos, experiencias, creencias, maneras de ser, actitudes y aspiraciones de los pueblos de una épica determinada y en interinfluencia creciente.  La cultura de un pueblo evoluciona constantemente bajo el influjo de diferentes elementos de carácter interno y externo; pero, es axiomático sus cimientos constitutivos permanentes que la definen como la que es y la distingue de otras. Esa síntesis expresa las creencias, las aspiraciones, el conocimiento y la manera de obrar y vivir de un pueblo. Las profesiones y quienes las ejercen científica y técnicamente, jamás pierden los valores permanentes y universales de sus culturas.

En la medicina, quienes ejercemos ternemos como el mayor y mejor escudo de dignidad a la objeción de conciencia -OC-, que es la negativa a someterse, por convicciones éticas, morales o religiosas, a una conducta que se le exige, ya sea jurídicamente, por mandato de la autoridad o por una resolución administrativa, de tal forma que realizarla violenta seriamente la conciencia. El reconocimiento a la OC del médico es un presupuesto imprescindible para garantizar la libertad e independencia de su ejercicio profesional. No es admisible una OC colectiva o institucional. Esta es la mejor herramienta para no ir en contra de convicciones religiosas, éticas, sociales, sociales, filosóficas, antropológicas, en fin, culturales, sin las cuales el trabajo no dignifica ni recibe misteriosa recompensa.

He sido renuente a aceptar a la ciencia per se, porque para que ella tenga realización plena debe ir aparejada con el humanismo. Hay organizaciones internacionales dirigidas por gente política e ideológica, que para sustentar sus afanes perimetrales argumentan teorías científicas, amén de cualquier otra consideración. Una de ellas es la cuestionada OMS, miren lo que dice: “La OC sigue funcionando como un obstáculo al acceso a la atención para el aborto de calidad… Si resulta imposible regular la OC de manera que se respeten, protejan y cumplan los derechos de las personas que solicitan el aborto, la OC en la prestación de servicios del aborto puede llegar a ser indefendible”.  

La OMS insinúa regular la OC y sancionar la no prestación de servicios. Una grosera contradicción cuando ella mismo demanda el derecho de las personas al aborto, pero niega la libertad de conciencia del facultativo. Es decir, los facultativos deben ser obligados a matar so pena de ser penados. (O)