Orden, amor y disciplina

Eduardo Sánchez Sánchez

Una ciudad, es el resultado de una alta densidad poblacional en el área urbana, y cuyos habitantes no se dedican a tareas agrícolas, más bien son industriales y comerciantes.

Guapondelig o Paucarbamba, fue un centro agrícola de importancia, bañada de noble líquido proveniente de los Andes adyacentes a este gran valle de exuberante vegetación, el cual maravilló a muchos españoles que lo habitaron antes de que el 12 de abril de 1557 Don Gil Ramírez Dávalos, funde Cuenca.

Siempre vestidos de amor y progreso que alcanza en el siglo XX la llegada del primer automóvil francés Clemant Bayard en 1912, la luz eléctrica causó conmoción en 1914, Elia Liut y su avión “El Telégrafo”, aterrizó en 1920. Fue en 1945 cuando el Concejo Municipal firmó con la compañía L.M. Ericcson, la instalación de una planta automática para 1000 líneas telefónicas. La provisión de agua entubada fue el norte del distinguido militar cuencano Don Antonio Vega Muñoz antes de 1906, año en que fue muerto en las luchas revolucionarias de Eloy Alfaro. El 12 de diciembre de 1924, la Municipalidad licitó la provisión de agua potable y canalización y en 1927 el Presidente del Concejo de Cuenca, Dr. Andrés F Córdova consiguió 50 mil sucres del Gobierno de Ayora para el proyecto de Cullca, planta que operó desde 1930 y en noviembre de 1951, se colocó la placa de la planta de El Cebollar que aún permanece en funcionamiento

Todo lo que poseemos es el fruto de un denodado esfuerzo de sus hijos, que a lo largo de los años han conseguido servir correctamente a los cuencanos, con disciplina, orden y ética. No se escuchó antaño de coimas para la ejecución de obras y nos distinguió la honradez acrisolada como cualidad común y propia de los cuencanos. ¡Que pronto nos llegue vialidad y conexión con el Ecuador! (O)