No les va a gustar

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

El artículo de esta semana no va a ser muy popular. Pero lo voy a decir de todas formas. Es que uno de los rasgos más perniciosos que tenemos como sociedad es esta inclinación a incumplir las normas y saltarnos las reglas. Y la capacidad, también, de quejarnos cuando esto nos pasa factura.

Y sí, estoy hablando de los famosos radares para control de velocidad en las distintas avenidas de la ciudad.  Esos que han sido utilizadas como plataforma para ganar un poco de popularidad por algunos de esos políticos que viven de la noticia del día. Así que vamos a dejarlo claro, de una vez por todas: los radares salvan vidas. Y si uno no quiere ser multado pues es muy sencillo: ¡respete la norma y baje la velocidad! Pues, ciertamente, la solución no está en quejarse o buscarle la quinta pata al gato hablando de márgenes de tolerancia y otras necedades.

Y ahora, la nueva noticia es que van a colocar cámaras en las avenidas para multar a quienes no usan cinturón de seguridad o se saltan las luces de los semáforos. ¿Y pensamos quejarnos de eso también? ¿En serio? Porque la alternativa sería retirar los radares, las cámaras, apagar de una vez los semáforos y dejar que reine el caos. Y pagarlo en vidas. Solo que, si esto sucediera, serían los mismos impenitentes que ahora se quejan por las medidas de control los que se plantarían en la glorieta a reclamar a las autoridades por el incremento en los índices de siniestralidad del tránsito.

¿Qué se deben fiscalizar los contratos para garantizar la transparencia? ¿Qué se deben precautelar los intereses de Cuenca? Por supuesto, es nuestro derecho. Pero más allá de eso, pretender crear la norma y la trampa simultáneamente es un pernicioso hábito de pueblos subdesarrollados que ya es hora de superar. Entonces, así visto, el problema no son los radares ni las cámaras. Sino esta manía de no ponernos de acuerdo y esta resistencia visceral a las normas de conducta que los mercaderes de la política aprovechan tan hábilmente.

Les había dicho que este artículo no sería popular. Pues bien, sea… (O)