Alerta por la hepatitis infantil aguda

La enfermedad estaría relacionada con la COVID-19

La doctora Gabriela Auquilla explicó que sobre esta enfermedad, que es un proceso inflamatorio del hígado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no descarta que se incrementen los casos. Actualmente hay 228.


Las alarmas se encendieron en el mundo con la aparición de la “hepatitis infantil aguda, de causa desconocida”.
Un total de 228 casos se han contabilizado desde el 15 de abril, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de esta situación que inicialmente se registró en Reino Unido, hasta el 1 de mayo.

La pediatra Gabriela Auquilla explicó que esta enfermedad es un proceso inflamatorio del hígado, que se debe a una respuesta inmunológica frente a cualquier agente agresor.

Existen cinco tipos de hepatitis: A, B, C, D y E, entre ellos los que son generadas por virus hepatotropos, que se relacionan con el daño específico del tejido hepático.

Los virus de hepatitis más comunes son: el A y E, infección que se relaciona como enterovirus, es decir, se transmite por infección feco-oral.
Sin embargo, el primero es el más prevalente en la infancia, y generalmente está relacionado con hacinamientos y mala higiene. Por tal razón, en el país se empezó a impulsar una campaña sobre la importancia del lavado de manos y la limpieza de los alimentos.

En cambio, la hepatitis B y C son virus que se trasmiten a través de la sangre, hemoderivados o contactos con secreciones de personas infectadas. Estos dejaron de ser comunes debido a que existe una vacuna dentro del esquema regular que los contrarresta.

Otros tipos de hepatitis no dañan concretamente al hígado sino es más una afectación generalizada o sistémica, como por ejemplo: la rubéola, el sarampión o los adenovirus, “muy prevalentes en esta época”.

Esta enfermedad también se origina por causas bacterianas, entre ellas: la salmonella o brucelosis, así como por la medicamentosa, ya que los niños muchas veces son auto medicados. “Hay medicamentos como antibióticos y anticonvulsivantes que tienen un nivel de daño hepático, por tal razón se debe tomarlos bajo receta médica”.

Auquilla también detalló que la prevalencia de hepatitis es mayor en los adolescentes. Sin embargo, los más afectados son los niños escolares entre 5 y 10 años, según reportes epidemiológicos de 2017, situación que se podría repetir con la vuelta a clases luego de dos años de encierro por la pandemia del COVID-19.

Vacunación

Miriam Palacios, responsable de vigilancia de la Coordinación Zonal 6 de Salud, comunicó que la hepatitis B, es uno de los tipos más comunes en el país. Por tal razón, la principal normativa de prevención es la vacunación.

El contagio materno infantil se puede originar justo en el momento del parto; cuando se tiene relaciones sexuales no protegidas o existe contacto con otras secreciones. En este contexto, la vacunación se maneja dentro de las primeras 24 horas de todo recién nacido.

Adicionalmente se aplica el “esquema tardío”, de tres dosis, a mayores de 18 años que pertenezcan a grupos de riesgo como: personal de salud, trabajadoras sexuales, pacientes con VIH, etc.

Ximena Garzón, ministra de Salud, indicó que aún no existen casos hepatitis infantil aguda en el país. Cortesía

Palacios sostiene que, si bien dentro del país no se han presentado casos de hepatitis infantil aguda, en Ecuador siempre está activada la vacunación a nivel general.

Relación con la COVID-19

La tranquilidad se mantiene en el país después de las declaraciones de Ximena Garzón, ministra de Salud, recogidas por la agencia EFE. “No tenemos todavía casos de hepatitis infantil aguda”, destacó.

Desde que se detectó la hepatitis infantil aguda en Europa, el Ministerio de Salud Pública (MSP) mantiene una vigilancia epidemiológica activa, ya que los casos reportados a nivel internacional están “asociados a niños que no tienen vacuna contra la COVID-19”.

La pediatra Gabriela Auquilla, inclusive, contó que hay reportes de casos de hepatitis relacionados con la COVID-19, en pacientes que no han presentado sintomatología, “como secuelas que dejó el virus”.

Leandro Soares Sereno, asesor para la prevención y el control de las hepatitis virales en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comunicó que la mayoría de los niños afectados con hepatitis aguda no recibieron dichas dosis.

En algunos casos se detectó la presencia del virus SARS-CoV-2, pero esta es una línea de investigación además de otras, como la del adenovirus.

También explicó que el adenovirus es un virus común que puede causar síntomas respiratorios o vómito y diarrea. En general, la infección tiene una duración limitada y no evoluciona a cuadros preocupantes, aunque se han registrado casos raros de infecciones graves por adenovirus que han causado hepatitis en pacientes inmunocomprometidos o personas sometidas a trasplantes.

En este sentido señaló que aún hay pocos datos para definir si se trata de un brote o epidemia en la región, pero por ahora el riesgo mundial es considerado bajo. “Como tampoco hay certeza sobre el origen, existe la posibilidad de que estemos identificando una situación que previamente pasó desapercibida porque los casos eran muy pocos”. (JMB) (I)

MÁS DETALLES

-La hepatitis aguda infantil tiene los siguientes síntomas: fiebre, vómito, diarrea, ictericia, orina de color muy oscuro, debilidad, dolor abdominal y de cabeza.

-Cuando el niño presente estos síntomas es recomendable acudir al médico y no automedicarse, ya que existen tres períodos en la hepatitis y lo más importante es detectarla de forma oportuna.