Aplican alternativas innovadoras para cuidar el agua en Cuenca

En Cuenca ya hay viviendas que reutilizan el agua y parroquias que construyen sistemas domésticos para tratar los desechos sólidos.

El GAD de Baños, presidido por Luis Guamán, construyó un sistema doméstico de tratamiento de aguas residuales para evitar enviar el líquido contaminado a las quebradas.

Sistemas de agua lluvia como fuente de captación para el riego de huertas y jardines; el agua usada en los lavamanos, en las duchas y en las lavadoras como líquido reutilizable a través de un biofiltro; el procesamiento de las aguas negras mediante un biodigestor para cuidar los suelos.

Hoy, en el mundo, hay una serie de productos alternativos que bien pueden ser usados en la construcción de una vivienda y que tienen un solo objetivo: cuidar nuestro planeta.

En el caso de Cuenca, ya existen algunas edificaciones que tienen sistemas que tratan de contribuir con el cuidado del agua, debido, en gran parte, a los profesionales de la arquitectura que se han atrevido a cambiar los conceptos tradicionales constructivos.

Por ejemplo, desde hace más de una década, en la ciudad funciona “Al Cubo Arquitectura”, un estudio enfocado en que las viviendas y edificios de Cuenca, por un lado, reduzcan la huella de carbono al momento de construir, y, por el otro, que cuenten con sistemas que permitan reusar el agua.

Para ello, los fundadores del estudio, Valeria Bustos y Apolo Gavilánez hicieron de su casa un laboratorio en donde han probado los distintos productos.

Por ejemplo, en el jardín de su hogar no se usa el agua potable para regar los jardines, sino que cuentan con un sistema que capta el agua lluvia, que luego es conducido hacia las plantas.

En Cuenca hay viviendas que ya reutilizan el agua lluvia para regar los jardines

“Aquí en Cuenca tenemos agua de calidad y es muy barata. Pero, qué pasa si nos ponemos a pensar en otros sitios que ya no disponen de esto. ¿Vamos a tener eternamente disponible? Esos son cuestionamientos que tenemos que hacernos”, dijo Valeria.

Como parte de sus concepciones constructivas, otro de los sistemas que busca impulsar “Al Cubo Arquitectura” son los baños secos, los cuales no necesitan de agua para la evacuación de los desechos.

Sin embargo, todavía ese tipo de sanitarios tienen mala fama. Aun así, con ejemplos en las construcciones que permiten instalar los baños secos, se ha demostrado que pueden contribuir al ahorro del agua. Según Bustos, al año, un sanitario usa, en promedio, 35.000 litros de agua potable.

Quebradas

No solo los arquitectos, desde sus estudios y construcciones, han impulsado la instauración de aquellos sistemas que cuidan el agua. Los gobiernos parroquiales también tratan de buscar alternativas para proteger el medio ambiente.

Un ejemplo de ello es la parroquia Baños, cuyo gobierno, desde noviembre de 2021, lleva trabajando en un proyecto de tratamiento de aguas residuales domésticas, ya que algunos sectores no cuentan con alcantarillado debido a las irregularidades de los terrenos. La propuesta es que la población de Baños cuente con un sistema doméstico que trate los residuos de las viviendas.

Para esto, la Universidad de Cuenca, la Universidad Católica y la Comisión de Gestión Ambiental del municipio, emprendieron la construcción de los tres primeros sistemas que funcionan con un baúl que recibe las aguas negras para después tratarlas mediante una laguna de oxidación.

Una vez que el agua ha sido tratada, esta puede seguir con el cauce de las quebradas, en cuyos espacios, en Baños, todavía siguen recibiendo el agua contaminada de viviendas que no cuentan con alcantarillado.

“El descargo de las aguas en las quebradas es una factor preponderante. A las quebradas le ven como una amenaza, como un monstruo. Por los malos olores, por los animales. Es una fuente de contaminación. Entonces lo que nosotros estamos es tratando de cambiar eso”, explicó Enrique Villa, encargado del departamento ambiental de Baños.

Los juicios sobre las quebradas se han debido a la propia población, que arroja la basura o descarga las aguas negras directamente sobre ellas. No obstante, el gobierno de Baños quiere devolver su estado natural: sin contaminación.

Por ahora, con la construcción de los tres sistemas en las viviendas de tres familias, las universidades están tomando muestras del agua que ya está siendo procesada por la infraestructura construida.

La idea es que, si el agua está de una calidad acorde a los parámetros establecidos, pueda ser usada también para regar los pastos.

No solo los arquitectos, desde sus estudios y construcciones, han impulsado la instauración de aquellos sistemas que cuidan el agua. Los gobiernos parroquiales también tratan de buscar alternativas para proteger el medio ambiente.

“En esta parte de Baños no tenemos alcantarillado, entonces el GAD nos propuso que seamos parte del proyecto. Creo que va a funcionar porque toda el agua sin procesar se estaba yendo a la quebrada. Nos parece una alternativa para evitar la contaminación”, opinó John Sinchi, quien aceptó la construcción del nuevo sistema de tratamiento.

Quienes están detrás del proyecto esperan que en unos dos a tres meses se puedan obtener los resultados de un sistema que permita recuperar las quebradas contaminadas de Baños y ayudar, desde su lado, a rescatar a nuestra naturaleza golpeada por la intervención del ser humano.

Un cambio de hábitos

Ya sea desde el ámbito privado o público, en el caso del estudio Al Cubo Arquitectura, y del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de Baños, las propuestas para cambiar los hábitos que contaminan están sobre la mesa, y lo único que se necesitan son algunos impulsos.

Desde el lado de Al Cubo Arquitectura, por ejemplo, una de sus propuestas es que, los servicios públicos pueden fomentar el uso de nuevos sistemas para ahorrar y cuidar el agua potable a través de descuentos en las planillas.

La idea del Gobierno Parroquial de Baños es compartir los planos para que la población replique el sistema en otras comunidades.

Mientras que, el GAD de Baños, la última finalidad del proyecto que lleva desarrollando, según su presidente, Luis Guamán, es compartir los planos para que la población que no tiene alcantarillado pueda construirlo en sus viviendas, ya que, solo así, en conjunto, se puede proteger las quebradas y el agua de Cuenca. (I)

250 litros de agua consume, al día, un cuencano, según un estudio de la Comisión de Gestión Ambiental.

2030 es el año en que Cuenca ya tendrá un déficit de agua por el consumo excesivo, de acuerdo con investigaciones.

35.000 litros de agua potable, en promedio, consume un sanitario al año. Así se desprenden de monitoreos recientes.

Por. Andrés Mazza amazza@54.196.56.88 Fotos: Xavier Caivinagua A. El Mercurio-Cuenca