Boris Johnson trata de fortalecer su mandato, con los conservadores divididos

El primer ministro británico, Boris Johnson, trató este martes de dar un nuevo impulso a su gobierno al pedir a sus ministros «pasar página» y centrarse en el trabajo tras haber superado ayer, lunes, una moción de censura dentro de su propio grupo parlamentario conservador.

En una reunión con su gabinete, el líder «tory» les agradeció el apoyo y urgió a dejar atrás el tumultuoso periodo reciente, marcado por las fiestas ilegales en Downing Street durante la pandemia, a fin de impulsar iniciativas innovadoras para el Reino Unido.

Sin embargo, su victoria por poco margen en la moción interna del lunes deja a Johnson en una posición debilitada, con un 41 % de sus diputados en contra, y lo hace susceptible a nuevas presiones en los próximos meses.

El jefe del Ejecutivo afronta una investigación parlamentaria sobre si mintió a la Cámara de los Comunes durante el escándalo de los festejos, que podría amenazar su puesto si concluye que fue así.

Además, el 23 de junio hay dos elecciones parciales en Inglaterra -en las circunscripciones de Wakefield, que los «tories» ganaron contra pronóstico en 2019, y Tiverton y Honiton, tradicionalmente conservadora-, cuyos resultados se interpretarán como una medida del respaldo del electorado.

MINISTROS LEALES

Johnson superó el desafío a su liderazgo gracias al voto a favor de 211 diputados conservadores (un 59 %) frente a 148 que le penalizaron, con el respaldo público de la mayoría de sus ministros.

La victoria significa que sus colegas no pueden convocar otra moción de censura por un periodo de doce meses, si bien hay rumores de que algunos urden un cambio en las normas para poder revisar la situación en seis meses.

Un portavoz del primer ministro negó hoy que este «tenga planes» de remodelar su equipo de gobierno, aunque esto no se descarta en un futuro a fin de sustituir a parlamentarios con cargos intermedios que se perciben como menos leales al jefe.

En su intervención ante el gabinete, retransmitida parcialmente por televisión, Johnson pidió concentrarse en cumplir con las promesas electorales que le dieron la mayoría absoluta en los comicios del 12 de diciembre de 2019.

«Este es un Gobierno que cumple con lo que más le importa a la gente de este país», afirmó, para destacar la gestión gubernamental durante la crisis sanitaria y para paliar los efectos de la alta inflación.

«Hoy, me comprometo a continuar cumpliendo con estas prioridades. Estamos del lado de los británicos trabajadores y vamos a seguir adelante con la tarea», declaró.

El jefe del Ejecutivo conservador pidió a los ministros que «reduzcan costes», al tiempo que se mantendrá la inversión a fin de eventualmente rebajar los impuestos.

«Y de esta manera, creo que podremos continuar con nuestra agenda, haciendo de esta la economía más próspera y exitosa de Europa», mantuvo.

UN PARTIDO TOCADO

Aunque algunos conservadores, partidarios y detractores de Johnson pidieron hoy aceptar sin rencor el resultado de la moción, otros alertan de que, aunque superara esa prueba, el primer ministro tiene los días contados.

El antiguo dirigente «tory» William Hague señala en «The Times» que «ha experimentado un nivel más alto de rechazo» que cualquier predecesor y le instó a «reconocer esto» y dejar el cargo.

El diputado Roger Gale, un crítico habitual, pronosticó que el líder «no durará más allá de otoño», debido a los retos políticos y electorales que afronta, y consideró inconcebible que encabece el Partido Conservador en las elecciones generales de 2024.

Su correligionario Andrew Bridgen pidió a Johnson «que se vaya ahora con honor» y advirtió de que «las preocupaciones del partido no desaparecerán», mientras que el exsecretario de Estado Tobias Ellwood auguró que «caerá antes del congreso» anual de la formación en octubre.

Dado que Boris Johnson ha rechazado dimitir y sus colegas han perdido de momento la posibilidad de expulsarle, en principio la única manera de destituirle sería si sus ministros le dieran la espalda, lo que por ahora parece improbable.

Esto podría cambiar si, por ejemplo, surgiera un potencial sustituto capaz de negociar el recambio. EFE