¿Quién piensa la política?

Tito Astudillo Sarmiento

Y si Héctor no mata a Patrocolo, entonces Aquiles muere de viejo en brazos de Briseida, Priamo gobierna una próspera isla, a Ulises no se ocurre construir un caballo, Agamenón jamás conquista Troya, Eneas no emprende su propia odisea y…

Pero no, la narrativa es diferente, Patroclo, con la venia del mismo Aquiles, viste su armadura y moviliza el ejército de los Mirmidones, Eudoro lo confunde con su señor y arma filas detrás suyo; el ejército Mirmidón somete la arremetida troyana y persigue a los sobrevivientes hasta la puerta misma de la ciudad, allí Héctor, el primogénito de Troya sale al encuentro del líder del ejército invasor; y, tras épica batalla encesta el golpe de gracia sobre su rival, Patroclo es abatido por Héctor y se convierte en la causa que moviliza la furia de Aquiles…

Patroclo es el símbolo que dibuja la causa que moviliza la respuesta, su muerte es el motivo que provoca el regreso de Aquiles a la batalla, Patroclo es la lección que se proyecta sobre la estrategia que, al parecer no aprendimos jamás…

La movilización (justa y necesaria, como recurso para provocar un diálogo que, desde el 25M quedó estampado como eslogan y estribillo, cuando el encuentro se transformó en búsqueda del antagonista) no puede, no debe, no tiene que devenir en violencia represiva, la movilización debe converger hacia un diálogo multidimensional amplio y solidario.

Pero la movilización es diálogo cuando la actitud de dialogar es la plataforma en que sustentamos los actos, ¿quién piensa la política? Cuando construimos causas que vacían la mesa del diálogo y calientan las calles. El uso progresivo de la fuerza es solo la peor respuesta que nace de la arrogancia que ignora el diálogo como alternativa. Innecesario y absurdo espectáculo, la aprensión y liberación de un dirigente social, sin más razón que la flagrante actitud de enarbolar el constitucional derecho a la protesta.

Necesitamos trabajar es verdad, pero también necesitamos escuelas, hospitales, medicinas, necesitamos reglas claras y políticas equitativas, necesitamos trabajar, pero también necesitamos que el Gobierno del Encuentro convierta la palabra en plataforma de relaciones y no en marca o eslogan. (O)