Vida sostenible

Nicanor Merchán Luco

El domingo pasado, de manera fortuita, salió el diálogo de cómo vivir un estilo de vida saludable y, a la vez, sostenible, el que creo que vale la pena compartir. El estilo de vida sostenible requiere adoptar una costumbre nueva minimizando nuestro impacto, utilizando menos recursos naturales y reduciendo los desechos. El estilo de vida sostenible se lo conoce como el estilo de “vivir en armonía con la Tierra”. Las personas que viven así, modifican sus hábitos, reducen sus impactos ambientales como su huella ecológica, disminuyen su consumo de energía e incluso, algunos modifican su dieta.

El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), considera que una vida sostenible es aquella que forma parte de la vida, la que requiere adoptar compromisos para minimizar el impacto al medio ambiente y favorecer a un desarrollo socioeconómico equilibrado. Gorka Belamendia sostiene que es posible vivir de manera sostenible sin perder la calidad de vida, evitando los derroches de la vida diaria como, por ejemplo, el desperdicio del agua potable o de la luz.

La calidad de vida sugiere un estado de satisfacción general, producto de la realización personal tales como la salud personal, la expresión emocional, la relación armónica con el ambiente físico, social y con la comunidad. El concepto de calidad de vida se considera dentro de una perspectiva cultural, por consiguiente, cambia con la cultura, con la época o con el grupo social. Cada uno de nosotros podemos influir efectivamente en el desarrollo sostenible y aportar con un “granito de arena” y no dejar el problema a los políticos, a las grandes empresas o al Estado; desde una posición individual, se puede contribuir de manera positiva en la sostenibilidad. (O)